sábado, 29 de diciembre de 2018
Ayer la vi.
Ha llegado a tal grado de perfección en sus movimientos, imitados sin hartazgo ni censura; en sus giros elegantes, su cadera cadenciosa, sus modales medidos y las palabras suaves con las que acaricia los oídos de quien la escucha que casi ha logrado ser más interesante que la original, aunque no sea más que una copia de lo que idealiza y un menosprecio de su ser real.
Hubiera podido ser la mejor relaciones públicas, la vendedora número uno del mes todos los meses del año y sin embargo se ha acomodado a ser la mano que mueve una marioneta con la que evitar los golpes del destino sin que a ella le imputen cargos jamás.
Aunque sea posible engañar a muchos por mucho tiempo no es posible engañar a todos el tiempo todo, a la larga lo artificial no puede suplantar lo auténtico. Entonces, ella imposta con más gracia, con más donaire, con más intensidad y algunos vuelven a creer en su impostura un tiempo más.
Anoche, se colocaba el abrigo con tal gracia, que yo siento de verdad que sea de mentira. Y siento que no haya tenido el valor ser quien es y de reconocer su limitación humana porque la hubiera hecho más libre y más feliz; hubiera ganado credibilidad entre los propios y respetabilidad ante los ajenos sin necesidad de negarse a sí misma, lo cual es tanto como confesar falta de valor cuando no es verdad. Su clasismo acaba con ella: su necesidad vanidosa de mirada continua sin tomarse el oficio ni el trabajo de cultivarse por dentro y correr el riesgo de dejarse ver.
Lo peor de todo es que en esa carrera no cae sola. Siempre encuentra un alma ingenua, carente, mentecata a quien seduce su artificio y que cierra los ojos ante la realidad dejándose conducir por el canto de la sirena, de la facilidad, del atajo, del camino corto. Los daños son directos y colaterales, lo abarcan todo. De la misma manera que seduce y atrae, llegado el momento no le tiembla el pulso para rechazar y abandonar en el camino lo que ya no sirve o no interesa. Entonces, la seda se recama de espinas y lacera sin piedad; bajo la suavidad del terciopelo se escondía una mano de acero.
Caí en esa trampa hace muchos años. Cuando era una niña acostumbrada a dar servicio a mucha gente con dificultades que no supo enseñarme el límite entre lo aceptable y el abuso. Ella era repetidora, pero porque ella quiso no por otra cosa, y el orden alfabético la trajo a mi vida un año entero. De ella aprendí tanto que hoy no me pesan los deberes que le regalé todo sexto, aunque entonces descubriera que el ser humano nace con la indignación de serie ante los abusos y la injusticia.
Por más que se haga luz de gas con el tiempo se termina por distinguir la verdad de la impostura.
martes, 25 de diciembre de 2018
La fuente y el mar
lunes, 17 de diciembre de 2018
¿Quién...?
¿Quién con la intención de ayudar, alguna vez, no habrá embrollado más el problema que trataba de solventar?
¿Quién no habrá sido escollo y no tabla de salvación como pretendía?
¿Quién no habrá errado cuando lo único que deseaba era acertar?
A lo largo de nuestro periplo vital habremos sido más veces agresores que ofendidos.
¿Quién, en cuestión de sentimientos, estará libre para tirar la primera piedra?
jueves, 13 de diciembre de 2018
La faringe digital
Era el 16 de diciembre del año 2010, ya han pasado ocho años, pese a que tengo la sensación de haber vivido dos o tres vidas desde entonces.
Este post se titulaba "Rafa, el faringista" y yo creía entonces que nunca volvería a tener ni rastro de actualidad. Como administrativa no sé, pero como vidente, desde luego, no tengo precio.
miércoles, 5 de diciembre de 2018
El espiritu de mi Bisa.
Mi bisa era espírita, pero espírita totalmente convencida. Callaba lo que creía, según ella, porque los tiempos aún eran de carcel y cerrojo. La inquisición no está lejos,-decía- y tiene un olfato afinado. Al parecer sus ideas destilaban un aroma a luz clandestina que ella no se podía permitir desvelar.
-Saca el libro del baúl y léeme un poquito, anda.
-Bisa, si se entera la abuela de que estoy en conciliabulo con usted, nos azalea a las dos. Ya sabe como se pone cuando escucha hablar del tema libro...
- No seas gallina, no llegarás muy lejos siendo cobarde. Si haces caso a los locos acabas más loca que ellos.
-Pero, Bisa, si la que nos considera locas es ella.
-No sabe lo que dice, muchacha. Siempre ha sido tan formal que no sé como puede ser hija mía. Porque cuando la parí estábamos las dos solas y no puede ser de nadie más, si no creería que me la cambiaron por otra.
-Lo mismito dice ella.
-Venga, ve a buscarlo y salimos andando despacito sin que nos vea.
Cuando la conocí, o mejor dicho, cuando ella me conoció a mí ya cargaba 83 años y para cuando yo supe leer alcanzó los 90. Era muy alta, no se parecía en nada a mi abuela, que era bajita y menudilla. Lo que no he llegado a entender nunca es el modo en que consiguió la abuela que la Bisa, ya sin filtros, dejará de hablar de los espíritus a todo quisque porque era su pasión. A escondidas me instaba a que preparara saumerios de romero cuando estabamos solas en casa para limpiar el ambiente o encendía lamparillas de aceite en un rincón de su cuarto para que no faltará la luz, decía. Yo solía preguntar quién necesitaria la luz de aquel lebrillo, pero no siempre su humor soportaba mi ignorancia ni tampoco su paciencia. No era una mujer de trato fácil, pero destilaba el encanto de la autoridad insurgente que no se dejaba vencer a pesar de lo aparente.
Encendemos luces para que los muertos no anden a oscuras, niña...
No escapaba a la superstición por completo, en su mente la razón y la creencia se aliaban para darle certeza y la sensación de controlar el pequeño espacio de vida que ocupaba con una enorme intensidad.
La Bisa comía muy poquito y seleccionaba la comida con una minuciosidad desesperante. Siempre utilizaba la misma cuchara, una pieza de orfebrería que le había regalado su marido durante el tiempo del noviazgo. Contaba que cada vez que reñían, la cuchara iba y venía. Era preciosa. Una cucharilla de plata con un aguila labrada en el puño. Cuando ella terminaba de comer, la limpiaba cuidadosamente , la envolvía en un paño blanquísimo y la echaba a la faldriquera. La primera vez que la vi hacer aquello me quede estupefacta. No sabía de nadie que guardara su cuchara en el bolsillo. En mi casa mi madre recogía toda su cuberteria de alpaca en un cucharero de plastico azul que, desde luego, tenía mucho menos estilo que la faldriquera de la Bisa.
Enviudó muy joven con 34 años. Jesús, su marido, no superó la epidemia de gripe del 18. Murió en la misma fecha en que la yo nacería mucho tiempo después. Tal vez por eso la bisa me miraba con buenos ojos. Ella creía en el destino y suponìa que desde el otro lado de la vida, los seres que se marcharon antes que ella le enviaban mensajes para que supiera que la muerte no habia roto el lazo que les unía. Cualquier hecho casual podía pasar por un guiño de los suyos.
Entre abortos y embarazos a término pudo concebir catorce veces, pero solo le vivieron tres hijos. Mi abuela, el tío Luis y Manuel. El más joven moriría axfisiadao mientras trabajaba en un pozo a los veínte años. "Las miasmas pestilentes lo llevaron allí".- refería. Cuentan que cuando se enteró se rompió la camisa en jirones y enmudeció durante años. Un buen día volvió en sí y fue como si no hubiera pasado nada. Creo que se enfadó tanto con la vida que se negó a dirigirle la palabra hasta que se gastó la locura y viendo que su tristeza no la llevaba con él, decidió volver a vivir, mando poner en su tumba una lápida de mármol blanco en la que inscribió un verso.
"Tu madre al recordarte / no tiene otro consuelo / que saber que has de esperarla / mirándola desde el cielo."
Cerca del pueblo, donde se acaba la carretera hay una ermita. Se accede a ella por un camino de tierra vertebrado por un riate de hierba que a ella le encantaba pisar con los pies desnudos. La primera vez que la vi quitarse los zapatos y echar a andar por allí no daba crédito. Yo llevaba botas con unas plantillas muy incómodas porque mi madre se empeñó en que no tuviera los pies planos. Me prohibía quitármelas bajo la promesa de suplicios innombrables y aunque nunca creí que cumpliría sus amenazas, no me descalzaba por si acaso. Nunca, excepto cuando siendo lazarillo de la Bisa la guiaba por aquel camino.
Hay placeres ancestrales que desconocemos hoy. Andar descalza por la tierra recién labrada es uno de ellos. El frescor de la tierra te recorre de los pies a la cabeza y la sensación de caminar sobre ella es de un placer inmenso. No hay nada comparable. No teníamos muchas oportunidades de caminar de aquel modo, sin embargo, alguna ocasión hubo de andar descalzas ahondándonos en la tierra hasta las rodillas. No es como pasear por la arena del mar, pero hay algo atávico en ello, la sensación de ser parte de este planeta, de religarse al inico, de formar parte de la naturaleza.
Vamos, abre el libro por donde quieras y leeme algo.
Bisa, aquí dice "Civilización".
790. ¿La civilización llegará a depurarse hasta que desaparezcan los males que haya producido?
"Sí, cuando la moralidad esté tan desarrollada como la inteligencia. El fruto no puede aparecer antes que la flor."
793. ¿En qué señales puede reconocerse una civilización completa?
"La reconoceréis por el desarrollo moral. Os creéis muy adelantados porque habéis hecho grandes descubrimientos e inventos maravillosos, porque estáis mejor alojados y vestidos que los salvajes; pero no tendréis verdadero derecho a llamaros civilizados hasta que no hayáis desterrado de vuestra sociedad los vicios que la deshonran y hasta que viváis como hermanos practicando la caridad cristiana. Hasta entonces no seréis más que pueblos ilustrados, y no habréis recorrido más que la primera fase de la civilización".
Bisa, ¿esto qué es? ¿Dónde habla de los espíritus? ¿Y la parte misteriosa?¿Dónde quedan las mesas parlantes?
No sé si ella entendía lo que se decía en las páginas de aquel libro. Yo era demasiado chica para entenderlo, pero entendiendo o no, lo leíamos a escondidas porque temía que nos lo arrebataran y para ella era la Biblia.
Algunas veces ella relataba historias de aparecidos que no producían ningún miedo, pero que siempre hablaban de una justicia reparadora que equilibraba los agravios y anulaba las deudas contraidas. Entre ellas apenas recuerdo la del enamorado del violín y la de la mendiga de Sevilla.
Mi Bisa murió con 97 años mientras tomaba un café a sorbos con su cucharilla de plata. La acompañé siendo niña como cómplice de sus creencias de las que nadie en la familia quería oir hablar. Despues de su marcha el libro desapareció del baul como por encanto. En su habitación no volvío la luz a ser faro de difuntos ni en su casa se habló ya de espiritus ni de apariciones. Yo no la he olvidado y algunas noches, creo que en sueños, suelo escuchar el tintineo de su cucharilla de plata removiendo el café.
lunes, 3 de diciembre de 2018
La voluntad del pueblo
El miedo a perder es un sentimiento defensivo, un intento de controlar el futuro. Es un miedo que paraliza, es un lamentar el mundo sin asumir las propias responsabilidades, no creer en las habilidades sociales ni en la inteligencia y la bondad humana, es una falta de autoestima ciudadana que acaba por delegar en la violencia su confianza en sí misma.Y no es una cuestión de odio, sino de indiferencia, de frialdad, de desprecio, de astucia.
El miedo a perder solo se supera con la voluntad de ganar y esta pasa por sanear nuestros miedos y complejos, por valorar nuestros recursos y por el compromiso con las personas, por la creatividad y la esperanza, por aumentar nuestra competencia para resolver los problemas.
Podemos ser energicos, defendernos de los ataques externos, evitar la invasión de nuestros espacios sociales y culturales pero solo, solo cuando hayamos identificado al agresor. Confundirlo puede llevarnos a un suicidio colectivo.
domingo, 11 de noviembre de 2018
Artículo l. Intolerancia
El amor es la aceptación incondicional del otro como alteridad, como ser libre y como humanamente imperfecto. Solo podemos amar al otro en lo que es diferente de nosotros. Amarlo en lo que es igual a nosotros no es amor a él, sino a nosotros mismos. Creo que la principal dolencia de las relaciones está en la tentativa de hacer a otra persona a nuestra imagen y semejanza. La tentativa violenta de cambiar a alguien esbarra en dos grandes equívocos: el primero es creer posible el cambio de otra persona a partir de nuestras críticas y de nuestro control; el segundo es que seremos felices si el otro se torna aquello que esperamos de él.
El arte y la sabiduría de las relaciones felices está en la competencia de situarnos en la realidad del otro. La diferencia inclusive de los defectos de la otra persona, es un convite a nuestro crecimiento en dirección a la tolerancia y la aceptación. Culturalmente se nos ha educado para la intransigencia con los negativos de otras personas. El límite que una relación nos impone es sugestión para nuestro desenvolvimiento. Cuánto peor el hijo, el amigo, la esposa más competente tenemos que ser como padres, amigos, esposos para darnos cuenta de ello.
La visión infantilizada de que las personas están en el mundo para satisfacernos tiene que dar lugar a otra forma de ver las relaciones. Escojo a alguien para compartir con él mi ser, mi alegría, mi forma de existir. Y ser amigo es el principal requisito para cualquier relación. Ser amigo es conocer todos los puntos flacos y ayudarlo a convivir mejor con ellos. La crítica constante y la tentativa de cambiar al otro son formas competitivas y sofocantes de destruir la relación.
María reclama que su marido es cerrado y no le declara constantemente su amor. Esa característica de la persona que ella eligió para amar es un desafío para que ella alargue su nivel de percepción y descubra que el amor independe de las palabras. Hay numerosas formas de demostrar el amor. Y cada persona hace de eso una forma. La posesividad y los celos exigen pruebas padronizadas de amor y llevan a un sufrimiento a veces innecesario. Para empeorarlo, el cobro sistemático del comportamiento del otro alimenta en él el trazo que no aceptamos. Muchas relaciones que tienen todo para ser ricas, placenteras y constructivas, son desperdiciadas en una competición sin fin.
El secreto de la felicidad está en disfrutar y vivir aquello que tenemos, al contrario de soñar con tener aquello que nos gustaría poseer. Aprendemos esta distorsión en la infancia. Solo teníamos el amor de los padres si correspondíamos a sus expectativas. La condicionalidad del amor nos llevo a una inseguridad básica y a la falta de autoestima. Perpetuamos está forma de relación para la vida de afuera y no sabemos porqué las relaciones son tan complicadas.
Comprender los límites del otro, respetarlo como ser autónomo, aunque lleno de sombras, procurar adaptarse a sus dificultades, buscar sus lados luminosos, no tener tan en cuenta sus puntos flacos es pavimentar el camino del amor y una relación feliz. No me interesa si el marido de María es tímido, terco o cerrado. Me gustaría saber si ellos se han divertido juntos, si son alegres, si están construyendo objetivos comunes, si son afectuosos y si son compañeros. En una relación amorosa, que nos ayude a ser felices, necesitamos de socios, no de dueños y no de esclavos."
A. Roberto
jueves, 1 de noviembre de 2018
martes, 30 de octubre de 2018
jueves, 25 de octubre de 2018
Carmen Alborch
A Carmen Alborch no la he conocido en persona nunca, no ha sido necesario para admirarla. Era una mujer que se expandía desde cualquier punto desde el que sonriera, y de la que la intuición siempre fiaba de seriedad y buen hacer, porque la sonrisa abierta se alineaba con una mirada rotunda y humana.
De esas mujeres y hombres que aligeran la vida por donde pasan y nada en ellas y ellos es frívolo ni caprichoso, sino verdadera escuela.
Dice Maruja Torres que Carmen era "agua clara", y si se lo permiten la compara con la Bernarda Alba que dice es Aznar. Y son la luz y la oscuridad. Pero recordemos que la oscuridad solo es la ausencia de luz y que la fatalidad de la fuente es el mar. Por ello luchó Carmen hasta ayer. Hoy, no valen las lágrimas por ella nada más que si se destinan a continuar esa senda de serenidad alegre que arrima el cuerpo entero para la justicia y la paz.
La tierra le ha de ser leve a su espiritu elevado.
viernes, 12 de octubre de 2018
EEC7 Atajos Automática
La suma de los atajos siempre es superior a la distancia recta entre dos puntos.
Puede que haya que escalar las calles para alcanzar la plaza, pero desde el zapato todo es huella y el camino está en los pies.
Nadie derramará nuestras lágrimas tampoco nuestro sudor. Por más que dejemos el petate en el camino, día vendrá en que lo volveremos a colocar en el hombro en el punto exacto en que lo dejamos caer.
El amor no desiste con facilidad, pero tampoco es frívolo o inconsecuente y si no que se lo pregunten a la abuelita.
jueves, 11 de octubre de 2018
"Todos lo saben".
Es curioso como la intrahistoria de la vida se escribe y se lee sin que nadia la haya escrito o contado, como si el aíre se impregnara de una realidad sin formas, pero llena de esencia en renglones invisibles.
Somos tanto lo que conocemos como lo que no; lo que somos capaces de hacer y lo que no...
Me gustó la película y la banda sonora me mantuvo pendiente de los créditos hasta el final.
Inma Cuesta tuvo la culpa.
https://www.dosismedia.com/todos-lo-saben-soundtrack-trailer/
viernes, 5 de octubre de 2018
Octubre
La palabra siempre es vínculo, pero la mirada, el gesto, la mímica en los corazones nobles se entienden tanto mejor que si se hablaran.
Es verdad que algunas veces nos faltan conversaciones sinceras y abiertas donde la verdad no sea una piedra en la mano y sí un horizonte común de entendimiento, pero hoy estoy convencida de que la intención habla más alto que los fonemas.
Mis mejores amigos han sido siempre personas con las que he trabajado arduamente. Compañeros de trabajo que nos esperan cada mañana y de los que sabemos esperar porque son capaces de dar y nos dan el valor de su misma humanidad. No esperar nada de nadie o esperarlo solo de una misma es muy descorazonador.
Algunos días nos recomponen el alma con abrazos, aunque sean de despedida, de esos que te dan la vida no importa en que idioma vengan.
A veces, para continuar juntos no hace falta caminar lado a lado. También los caminos paralelos acaban por convergen en algún punto.
viernes, 21 de septiembre de 2018
William Safire
- Evitad las aliteraciones, aunque alivien a las leves levas (a).
- No hay que evitar el subjuntivo, es más, es importante que se usa cuando es necesario.
- Evita las frases hechas, están más vistas que el tebeo (a).
- Exprésate de forma acorde a la claridad y en modo que se perciba correctamente la idea que puebla tu intelecto (a).
- No uses siglas comerciales & abreviaciones, etc.
- Recuerda (siempre) que el paréntesis (incluso cuando parece indispensable) interrumpe el hilo de lo que se dice.
- Atención a no empacharte… de puntos suspensivos.
- Usa la menor cantidad posible de comillas: no es “fino”.
- No generalices nunca.
- Las palabras extranjeras no dan para nada un bon ton.
- Sé parco con las citas. Decía con razón Emerson: “Odio las citas. Dime sólo lo que sabes tú”.
- Las comparaciones son como las frases hechas.
- No seas redundante; no repitas dos veces lo mismo; repetir es superfluo (por redundancia se entiende la explicación inútil de algo que el lector ya ha entendido).
- Sólo los gilipollas usan palabras vulgares.
- Sé siempre más o menos específico.
- No hagas frases de una sola palabra. Elimínalas.
- Huye de las metáforas demasiado osadas: son plumas sobre la piel de una serpiente.
- Pon, las comas, en su sitio.
- Distingue entre la función del punto y coma y la de los dos puntos: aunque no siempre es fácil.
- No uses metáforas incongruentes aunque te parezca que están cantadas: son como un cisne que descarrila.
- ¿De verdad que hace falta utilizar preguntas retóricas?
- Sé conciso, trata de condensar tus pensamientos en el menor número de palabras posible, evitando frases largas – o interrumpidas por incisos que inevitablemente confunden al lector poco atento- para que lo que dices no contribuya a esa contaminación de la información que es seguramente (sobre todo cuando inútilmente lleno de precisaciones inútiles, o al menos no indispensables) una de las tragedias de este tiempo nuestro dominado por el poder de los medios de comunicación.
- Las tildes no tienen que ser ni incorréctas ní inutiles, porque el que lo hace, se equívoca (a).
- No se apostrofa un’artículo indeterminado antes del sustantivo masculino (inadaptable al español, donde no hay apóstrofes en los artículos).
- ¡No seas enfático! ¡Sé parco con las exclamaciones!
- Ni siquiera los peores fans de los barbarismos pluralizan los nombres extranjeros (en italiano las palabras extranjeras permanecen invariadas en el plural, como fan, bar, pub…).
- Escribe correctamente los nombres extranjeros como Beaudelaire, Roosewelt, Niezsche y similares.
- Nombra directamente los autores y los personajes de los que hablas. Es lo que hacía el escritor lombardo más importante del siglo XIX, el autor de “5 de mayo”.
- Al inicio del texto usa la captatio benevolentiae para conquistar al lector (aunque a lo mejor sois tan estúpidos de no entender nada de lo que estoy diciendo).
- Cuida con mimo la hortografia (a).
- No pongas demasiados puntos y aparte.
Al menos, no cuando no hace falta. - No uses nunca el pluralis maiestatis. Estamos seguros de que causa una pésima impresión.
- No confundas la causa con el efecto: estarías en un error y entonces te habrías equivocado.
- No caigas en la tentación de los arcaísmos, hápax legomena u otros lexemas inusitados, ni tampoco deep structures enraizadas que, por mucho que te parezcan epifanías de la diferencia gramatológica derridiana e invitaciones a la deriva deconstructiva pueden exceder las competencias cognitivas del destinatario.
- No tienes que ser prolijo, pero tampoco decir menos de lo que.
- Una frase completa tiene que tener.
miércoles, 12 de septiembre de 2018
Fin
Soy rara.
No sé ser de otra manera.
sábado, 8 de septiembre de 2018
Segundos fuera de hora
Ese ayuntar palabras
que nada más une
que versos de fogueo.
Poeta de dos rayas y
olor a lapicero.
Esquirla de hierro
en busca de imán
que lo libere del oxígeno
que herrumbra.
Campos de fuerza anémicos
desvaidos, desteñidos,
sin norte,
desnorteados.
No hay quien contenga
estas lágrimas de verso,
estos segundos en busca de hora.
este tiempo muerto fuera de tiempo.
EEC6 Escuela escritura 6 Sinónimos.
Roto, sí- diría ella- pero no desaparecido.
Cuando el corazón se hace trizas no hay manera de recuperar la cordura en varias vidas, porque hay engranajes tan sutiles en el espíritu que necesitan de no sé cuántos cuerpos para recomponer el módelo organizador.
Los añicos flotan alrededor del alma y no encuentran camino porque el magnetismo se ha diseminado en nuestro cuerpo. Nos pertenencen pero no sabemos dónde hilvanarlos de nuevo. Así es como cosemos pedacitos de corazón en la piel, en el cabello, en las manos, en los ojos...
Se necesitan varios cuerpos, varias vidas para recomponer la pérdida.
Esa mujer de pañuelo frances al cuello, iluminaba la calle con un áura de luz intermitente tan atractiva como un escaparate de Navidad.
Casi todo su ser brillaba.
No despertaba simpatias en todos, pero no pasaba desapercibida de nadie.
Ella lo sabía.
Lo elegante, como lo simple, es espontáneo como el aroma de las flores; ninguna imitación seduce tanto a los sentidos como lo natural.
La tragedia de lo cotidiano se desdobla entonces.
Cuando el corazón se hace migas solo ofrece migajas y y hacer de ellas un banquete se convierte en un arte.
El arte de la paciencia infinita, frente a la la seducción rápida. De todo frente a nada. Del deseo frente a la necesidad.
Aquella mujer nunca ofrecería la luna, porque le parecía un espacio vulgar. Ella ofrecía una galaxia completa para gravitar, pero el cielo está tan lleno de universos libres de gravedad...
Nunca te enamores de un corazón roto. Dicen, que los corazones rotos son como los cristales: hieren siempre.
jueves, 23 de agosto de 2018
Necesidad de transcender.
Cuánto más seguro se siente alguien de ciertos valores morales, que nunca tuvo que poner a prueba, más fácil es que llegue un momento en que, sin saber cómo, se encuentre en una situación que no esperaba y que, tampoco es raro, había juzgado con dureza en otros: Entonces surge el desconcierto
La vida, más sabia que los seres que la habitan, no admite marrullas, porque el orden es imprescindible para la sobrevivencia. No así nosotros que formando parte de la vida no somos ella y jugamos a ser pequeños dioses que esconden sus trampas silbando hacia otro lado. Sin embargo, día llega en que desearías haber sido la mejor de las personas, no la que menos se ha equivocado, sino la menos artera. Aquella con mayor capacidad de lealtad, de entrega, la más íntegra. Ese momento de madurez se inspira siempre en la intención, en la mejor voluntad, la que encamina para una una amistad sin maca, sin interés; para un apoyo incondicional; para el respeto continuo; para la dedicación integral a una causa más noble que uno mismo y así nace la necesidad de transcender.
"Las almas nacen gemelas en sentimientos universales, en los ideales de engrandecimiento, en la gran familia, en la cual se destacan los espíritus más evolucionados, capaces de los gestos nobles de la renuncia y la abnegación en favor de aquellos a quienes aman y, por extensión a todas las criaturas."
sábado, 18 de agosto de 2018
Diego y las metáforas.
"Mi campo de calma ha sido incendiado y solo me resta un trocito de hierba verde para sobrevivir."
Hoy somos compañeros de desarraigo, amigo, agarrados a una brizna de hierba en medio del secarral. Menos mal que la poesia viene a salvarnos. Ya verás que de la tierra arrasada brotará la ricia y las semillas muy profundas, germinaran.
Solo hay que esperar la lluvia, Diego, aunque entienda que a veces, el corazón necesita explicaciones.
Lloverá.
Lo veremos y el corazón comprenderá.
jueves, 16 de agosto de 2018
Nadie cambia de hábitos sin...
No entanto, para que el hombre mude por dentro
los estímulos vienen de fuera: de la periféria al centro.
Toda conquista es fruto de la perseverancia.
La experiencia, sin que sea exhaustivamente repetida, no se automatiza.
No hay, por ejemplo, quien nazca sabiendo amar.
Si el cuerpo es una construcción milenar de la naturaleza,
con el espíritu no ha de ser diferente.
De inicio, la virtud del perdón es mas afecta a la inteligencia que al sentimiento.
Jesús nos perdonó por amor. Nosotros cuando mutuamente nos perdonamos,
aún lo hacemos por conveniencia de la felicidad personal.
Sin que se ejercite en la bondad, nadie se tornará bueno."
miércoles, 8 de agosto de 2018
Hilos de esparto
Cuando los deseos ansían ser necesidades
se dejan crecer hilos de esparto entre los dedos.
Necesitan certidumbres y avales,
sueñan con calendarios oficiales,
relojes automáticos,
proyectos cerrados...
Desean la seguridad de las cuerdas atando las manos.
Acariciando, arañan.
Escarban cuando abrazan.
Ahogan cuando la lluvia del cielo los alcanza.
Enzarzan tiempos y versos alrededor de una vida
de pretendidas certezas,
llenos de dudas que agitan sus almas
como pájaros sin alas en medio del secarral.
No reverdece el campo,
no da sombra la encina,
no hay paz en el hogar.
Cuando los deseos no desean nada
no les nacen alas, sino incertidumbres,
suspiran como necesidades imprescindibles,
revierten en sí mismos travestidos de un querer insaciable,
hinchados de frivolidad.
Hilos de esparto.
Corazones de estera.
Tú nombre arañando el viento
entre mis escombros.
La calle más larga del mundo
Dejarse querer es una debilidad que no deja de fragilizar a quien quiere y a quien se deja querer. A quien quiere porque lo engaña y al otro porque muestra su debilidad moral.
Tiene, además, el problema añadido que resulta de la voluntad de no ser más querido y el de no saber como conseguirlo. No te quieren como conviene ni cuando interesa, mucho menos dejan de hacerlo del modo deseado y en el tiempo justo y así cargamos la vida entera con amores intoxicados que arañan más que acarician y que de amores no tienen nombre.
La calle más larga del mundo principia en un pensamiento, en una mano y un paso. La primera piedra llega sola.
lunes, 23 de julio de 2018
Escuela Escritura 5
¡No es posible que salgas así a la calle!- hubiera dicho mi padre de haberme visto de esta guisa.
-Pues también de ti me libero, papá! De ese padre que no es mi padre sino el padre del manual de la esmerada educación. Me libero de esa parte de ti que soy yo siendo tú. De esa parte por la que me tachan de contradictoria y ambigua y eres tú en mí.
He perdido el reloj de oro que me regaló en nuestro primer aniversario. Otro disgusto que ha acabado convertido en un gusto. He descubierto que los relojes de oro sirven para perderlos. Todos deberíamos perder alguno alguna vez. Por más que me guste comprar joyas, lo que más me apetece es perderlas para que me apetezcan con más ganas, casi como a las personas...Cansada de ellas, perderlas les confiere un atractivo que no tienen cuando sabes donde se encuentran y están seguras en esa "caja fuerte" que eres tú misma.
Hoy me vestiré distinta, con una simple camiseta blanca que me haga joven y con esos vaqueros rotos que me hacen libre,pero para salir a la calle sin disfraz hace falta mucho valor, casi más del que estoy dispuesta a soportar hoy. No me iré sin las gafas, esas gafas blancas que de ser negras parecerían un antifaz.
¡Lista! Ahora a comerse el mundo. Ese mundo que no es un brownie de chocolate como hasta ayer, sino un hueso duro de roer. Ese hueso que escondí bajo tierra hace tanto y del que me olvidé como si no fuera mío y oculto no reclamara por mí.
Salió a la calle buscando un lugar donde verse tan nueva y tan radiante.
¡Qué ganas de salir a caminar y a dejar huellas! ¡Qué ganas de sentir que formo parte de este mundo, de saber que soy alguien en este universo. De saber que si estoy aquí es porque la naturaleza necesitaba de mí libre y viva, y no la mala copia del manual de la buena esposa, la buena madre, la buena hija escrito por todos los hombres de la tierra.
Al volver la esquina de la Avenida de la Libertad se encontró con el neón de un escaparate que anunciaba la última temporada de bolsos de Louis Boutton, su preferido. Se acercó y como siempre se miró en el cristal del escaparate que le devolvió la imagen de una mujer distinta con fondo de tienda cara. Justo en la esquina junto al bolso más maravilloso que habían contemplado sus ojos un espejo no reflejo su imagen.
Todavía quedaba algo por desandar.
Bueno, lo mismo los bolsos maravillosos también están para perderlos-, pensó.
El corazón le dio un vuelco mientras giraba la puerta hacia el interior.
sábado, 21 de julio de 2018
El hombre que no se ...
Sus pasos no se transforman en camino.
Sus palabras se pierden sin eco.
Sus acciones son simientes infecundas.
Su presencia no suma
El espacio que ocupa está siempre vacío.
No motiva tristeza, cuando parte, ni alegría cuando llega.
Respira y expira sin jamás inspirar a alguien.
Indiferente, no hace diferencia.
El tiempo pasa por él y lo ignora."
lunes, 16 de julio de 2018
Escuela Escritura 4
Eras azul.
Hermano de un amanecer aún dormido.
Armado de una sinceridad aterradora.
Quizás por ello te ahogaste en la verdad
del primer latido.
Del tuyo.
Del mío.
Del nuestro.
sábado, 14 de julio de 2018
EEC3 Sobre la ceguera
La sal penetró en mis cuencas con un dolor de cuchillo y lo que había sido tierra fértil y abundante se seco como por encanto convertido en el desierto estéril de mis ojos de hoy.
Durante muchos meses permanecí inmóvil. No sabía como moverme, hacia donde caminar, en que manos dejarme caer. Solo los brazos de mi madre me sostuvieron lo bastante como para que de aquellas enormes debilidades crecieran fortalezas mayores.
Mi habitación es un receptáculo de diez metros cuadrados que se da al sur. La luz me despierta todas las mañanas del verano y del invierno. Basta que modifique la orientación de mi cama para que no necesite despertador.
Mi ropa de cada día se encuentra encima de una cómoda de madera de roble antiguo. Fue herencia de mis abuelos paternos cuando era muy niña. Era una pieza del mobiliario de la casa grande. Aquella casa inmensa llena de misterios inquietantes para una niña ínfima. Sentía una especial fascinación por la cómoda de la habitación de los abuelos. Era el único mueble con llave. Una llave que guardaba la abuela con una cinta en su cuello. Era como para fascinar. Aquellos cajones inmensos donde podrían esconderse todos los secretos de la familia mezclados con las sabanas de hilo, de organza, los tules, las sedas, el algodón sevillano.
Al principio, cuando todo era negrura, mi vida se vivía sola, sin mi. No contaba conmigo, el cuerpo vegetaba en una mente que no dejaba de cegarse a si misma, sin ver ni siquiera de manera figurada, donde estaba la luz.
La bragas en la esquina izquierda. Siempre coloco la ropa de la misma forma, en el mismo orden. Ha sido ese orden lo que me ha salvado del caos inicial. Puede parecer una simpleza, pero no es así. En el desorden caótico de mi vida vidente solo existía un Big Bang diario. Después, sin el orden no cabía ni la posibilidad de vestirse medianamente bien.
Mi armario se convirtió, como mi vida, en una secuencia en blanco y negro. Toda mi ropa era de ese color. Pantalones negros y camisas blancas. Yo que siempre fui de colores y flores, limite mi ajuar a los colores neutros. Tenía miedo a ir vestida como un fantoche, como esas mal vestidas que mezclaban lunares y rombos. De modo que solo me permitían el color en la ropa interior. Bragas de colores, de flores, de rayas, de rombos, lunares azules, rojos, verdes... Nos reflejamos en nuestra piel vestida. Yo me sentia viva por dentro y muerta para fuera. No está bien, pero hubiera sido peor al revés.
Recorro los muebles con los dedos. Es increíble cómo, pero aparecen retinas, coroides, cristalinos y corneas en la piel y en los sentidos. Ahora las niñas de mis ojos son las yemas de mis dedos. Y no tengo dos, sino diez. Con ellas puedo seguir viva, conocer, recorrer otras pieles, leer.
Leer me ha salvado de la mezquindad de una vida a ciegas.
El olfato se ha elevado a infinita potencia. Casi que puedo intuir el aroma del escritor, la intrahistoria del argumento. Sin embargo, ese potencial es un horror cuando me acerco al pantano. Nunca me acerco demasiado al pantano, prefiero el rió vivo y bravo que corre cerca de casa, aunque el pantano...
Las bragas no son difícil de colocar. Las costuras del interior se distinguen con facilidad. No necesito sujetador, mi pecho es suficientemente firme para mantenerse libre.
A las camisas les colocaba un alfiler, para distinguir el laz del revés y los calcetines no siendo de izquierdas ni de derechas no necesitan marca como los zapatos. Las medias son muy suaves en la parte del exterior y se descubren fácilmente. Para los pantalones recorro las costuras don los dedos y busco la bolsa de los bolsillos para saber por donde vestirlos y el sombrero me busca a mí prácticamente forma parte de mi cabeza.
No llevo gafas. No me sirven para nada. Mis ojos glaucos se arrellanan a la sombra del ala blanca del sombrero cada día. Y salgo a la calle con mi bastón sabio y el alma de mi vida que se llama Tron.
lunes, 9 de julio de 2018
EscuelaEscrituraC3
No quitaba su vista de mí. No es extraño sea yo quien padezca de vista cansada, ¡ciego me pone! Si camino hacia la cocina, me mira. Si subo por la escalera, me mira. Si me duermo en el sillón, no deja de mirarme. ¿Pero qué mira tanto? ¿No me conoce? Nadie sabe lo que es mantener el tipo mientras te espían y te observan con esa mirada bobalicona llena de admiración.
Esta noche fue el colmo. Me agarro fuerte por el cuello, me subió a su halda y comenzó a manosearme como siempre, aunque yo lo sentí como nunca.
Tengo la impresión de que por un instante supo lo que iba a suceder porque los abrió con espanto, justo en el instante en que saque mis uñas y se le apago la luz.
Zas, una cinta maestra. Ciego. Imbécil. A ver ahora como te las arreglas sin tus preciosos ojos para mirarme.
Mírale, buscando a tientas por todo el salón el sombrero y el bastón. Da pasos cortitos, tantea dando palos al agua, porque no sabe a donde va.
Con lo clásico que es no puede salir a pedir ayuda sin estar perfectamente vestido para la ocasión.
No deja de gritar. Creo que si retuviera los ojos, lloraría, pero claro, ahora los tengo yo debajo de mis manitas...
Busca, tantea con los dedos: ha encontrado las gafas. Muy acertado, la fuerza de la costumbre no se pierde tan deprisa.
Idiota, si no tienes ojos, ¿para qué quieres las gafas?
Busca el teléfono, grita por la ventana, haz algo útil, así no lograras vestirte ni hoy ni mañana. Tendré que ayudarte.
Le hablaré.
Miau, miau ¿no vienes tras de mí?
Nunca debí sacarle los ojos, ahora vamos a quedarnos aquí para siempre, dandole palos al ciego, en esta supuesta oscuridad: la suya, porque le recuerdo que yo veo la noche y además tengo siete vidas para jugar con mis canicas: las suyas, las nuestras.
sábado, 7 de julio de 2018
Honestidad
El deshonesto piensa que todos los demás lo son igualmente, y por esa razón, justifica las actitudes infelices que se permite en mecanismos de astucia bien urdida.
Acredita que es mejor engañar a los otros que ser engañado por ellos. En consecuencia asume comportamientos desairosos, iniciándolos através de la mentira, que acredita podrá endilgar con facilidad, basándose en la confianza que le es depositada por las demás personas.
Ciertamente en algunos intentos parece cosechar el éxito con ese procedimiento, pq se promueve alzándose a las posiciones ambicionadas, alcanzado las metas que persigue. Entretanto sorprendido en infidelidad en relación a los hechos, argumenta con otros equívocos que realmente no convencen, complicando la propia situación.
La honestidad constituye un gran desafío ético-moral que necesita ser entrenado através de la reflexión, del análisis y comparación con los valores verdaderos y aquellos que no tienen estructura legítima.
La honestidad se expresa, de inicio, en el respeto que el individuo tiene por sí mismo, imponiéndose normas de equilibrio a las que se somete jubilósamente.
Estas reglas no son identificadas por los demás, sino vivenciadas por quien desea descubrir la elevada condición de ser digno.
La honestidad es portadora de una incomparable terapia curadora, así como es preventiva de muchos males y diversas enfermedades que se originan en los conflictos personales y en los tormentos camuflados de alegría.
El hecho de actuar honestamente proporciona conciencia de paz, liberándose de cualquier tipo de culpa, lo que faculta la adquisición de energías vitalizadoras para la mente, la emoción y el cuerpo.
DE inmediato surgen los efectos saludables, como el auto respeto, que no permite al individuo actual mal en relación a si mismo ni a su prójimo, conforme no le gustaría que actuasen con él.
Luego florece la auto estima y la alegría real de vivir, porque desaparecen el miedo y la inseguridad de ser descubierto, cuando jornadea por trillas oscuras.
Al mismo tiempo consigue captar la simpatía de otras personas que se siente atraídas por sus emanaciones psíquicas y emocionales, que pasan a respetarlo, infundiéndole más confianza y demostrándole consideración que lo enriquece de júbilo moral.
Aunque se multipliquen los casos de deshonestidad, esos son victorias de Pirro, cuando no caracterizadas por los prejuicios de naturaleza interna que atormentan a sus triunfadores de la mentira.
No es fácil, en cambio, la mudanza de conducta reprochable para la de naturaleza honesta. El automatismo decurrente del hábito en que la persona se complacia, lo empuja a la recidiva de los errores de las conductas execrables.
La decisión, en cambio, por la adopción de nueva experiencia, produce estímulos que auxilian en la repetición de los actos de manera correcta.
Cuanto más avanza, más métodos de dignificación descubre, antes ignorados, que llenan sus vacíos existenciales.
El deshonesto vive a solas con sus drama, no confiando en nadie, ansioso e inquieto.
La dignidad, por otro lado, hace amigos de prolongada y rentable duración.
En cuanto la deshonestidad estresa, la vivencia del ser honesto armoniza.
La farsa puede producir bien para los sentidos, para el egoísmo, mas solamente la honestidad muestra los tesoros de la exuberante alegría de vivir.
Nunca te permitas, de ese modo, la deshonestidad.
El aparente beneficio que disfrutes por medio de su acción, se convierte en pesada carga que conducirás en la conciencia.
Además, la inseguridad y el miedo de ser desvelada la conducta insana, no compensan por el acúmulo de cosas y consideraciones engañosas que disfrutes.
Sea la honestidad tu asignatura moral en todas las acciones que defluyan de ti.
Si en algún momento flaqueas, recomienza con fuerza."
Extraído del libro "Libertacao pelo amor"
lunes, 2 de julio de 2018
EECreativa 2
Su actitud, hedonista y sensual.
Lo exótico rodeándola desde una habitación íntima y cálida.
Un lugar protegido de la mirada ajena, libre de sí, pleno de ella.
El agua sin espuma.
El jabón inútil en el borde.
El espejo.
El corazón en el espejo y en sus labios.
El reflejo, su imagen con los ojos cerrados y la absenta esperando paciente su boca.
Un ave exótica la mira, la vigila con fuerza, con una energia casi viril.
El cabello, mojado, húmedo, libre.
La piel desnuda.
La vida florece en su cabeza; se ama en sí.
La vida está allí.
domingo, 1 de julio de 2018
80 kilómetros
80 kilómetros son tantos o tan pocos según se desee o no recorrerlos...80 kilómetros pueden ser un desafío inalcanzable o un regalo.
Hay muchas maneras de recorrerlos: a pie, en bici, en coche, si hay línea en autobús o en tren. Yo los he recorrido con pies ligeros, con pies de plomo, descalza y con alas en los pies. Los he caminado sin maleta, con sol, con lluvia, con granizo, con hielo, con viento en contra, racheado y a favor. He conocido todos los vientos y todos los he volado con gusto.
Ochenta kilómetros de ida y ochocientos mil de regreso. Siempre. En ochenta kilómetros he dado la vuelta a la tierra cinco veces y ha faltado un pico para seis. Le he visto al camino germinar y crecer la hierba, llenarse de trigo la espiga y convertirse en rastrojo. He visto nacer y cerner las uvas, el envero, la cosecha, aunque no haya probado el vino más de tres veces. Y si bien el camino me llevo a un fin de línea, he disfrutado del viaje en cada paso.
El paquete no solo contenía la ruta de ida sino también el vacío de la llegada. He perdido las alforjas, las sandalias y algunos kilos. He ganado canas y arrugas y sin embargo nada ha entibiado mi ánimo. No han sido caminos favorables a su primera intención, pero han sido productivos por otros motivos. Me da tanta pena dejarlos atrás...
La vida tiene que estar llena de fracasos para que sea productiva. En estos ochenta quilómetros he fracasado cada día y hasta en el punto final. Y a pesar de lo perdido me siento contenta porque me he fortalecido, que aprendido a caminar sin mapas y a guiarme sin brújula. He dado rienda suelta al placer de querer y a querer sin doblez. No he dejado de ser río ni me he convertido en pantano. Y puede que desde afuera todo parezca una pérdida de tiempo, pero he ganado vida bien vivida.
80 kilómetros de aventura y de placer infinito por saberme viva y libre para amar, para fracasar, para recomenzar y para seguir. Queriendo. Siempre. De verdad
sábado, 23 de junio de 2018
Adiós
Algunos amores son arrebatados por la muerte y se lloran con dolor profundo, pero si no hay deudas, si se ha vivido con armonia y con afecto, la muerte duele infinitamente pero no te deja infeliz.
A otros afectos los arrebata la vida y no se entienden hasta mucho después, cuando ya no duelen y no importa.
Dejo en manos del tiempo aquello que ya no quiero ni puedo escribir. Dejo en manos de la vida, todos los amores que fueron, que no pudieron ser y que no quisieron ser. Dejo en manos de la naturleza el afán de los días por venir y hoy puntúo por lo bajo y aún así sigo ganando.
La palabra adiós es muy bonita.
lunes, 11 de junio de 2018
Poema de hace tiempo.
Podría buscarte en donde no estás,
de hecho, a menudo, te busco
en esa isla.
Podría encontrarte en ese lugar
o tal vez allí te encuentro
cada día,
lpero donde te quiero es
en el continente de mi alma,
contenido de una tierra de nadie
que lo es de mí por pertenencia
a esa extraña criatura
que es la vida.
A veces, estás
lo quieras tú o no.
A veces, la que no quiere
soy yo.
A veces, estoy,
y, otras veces, estando en ti
no estoy en mi y me pregunto
quien está entonces viviendo mi vida.
No parece muy maduro.
Tal vez, es posible, pudiera ser...
o quizás, no.
domingo, 10 de junio de 2018
Baldes de harina I
Con ella aprendí, que el autor no es su obra,
que los golpes que más hieren no llevan marca de enemigo;
que la caricía que no nutre intoxica;
que el interés acoraza el corazón.
Yo la esperaba sentada en su embarcadero,
viendo anclar naves que plegaban velas,
barcos que se hacían al mar,
marinería que trasegaba entre blancos y azules,
y mientras esperaba el tiempo,
aguardaba.
La ilusión te embarga
o te emborracha
en pasiones con dirección a resacas
vacías de alcohol.
Estaba preparada para todo
menos para molinos de tiempo.
En sus aspas inicié el remonte hasta el mediodía
y desde allí me despeñe en dirección a los años que pulvericé en la espera,
mientras la rueda trituraba en harina mi corazón.
La quise libre y libre me abandonó.
Travestir no es arropar
¿Quién se atreve a transformarte
y roba tu identidad?
Quién se atreve a revestirte con
los ojos de su madre,
los brazos de su padre,
los colores de su infancia,
el juego de los hijos que fueron o no.
Quién te ajusta a su piel de cordero
y pretende esclavizarte a sus huesos hambrientos
espoliando tu ser.
Qué cadena te sujeta a un bien
y prohibe que te pierdas
en tu instinto o en tu mal.
Bien travestido
que pretende hacer de ti
el padre perdido.
la madre dispersa,
el amigo ido,
el amor no alcanzado.
Quién trata de encarcelarte en
un sombrero de copa
y transformarte en conejo blanco
siendo tú de pelo negro
y aullido largo.
Gabriela no tiene corazón.
Su sangre se impulsa desde las plantas de sus pies y cada huella es el equivalente a un latido.
De ese modo, Gabriela no puede dejar de caminar.
Su vida depende del camino que sostiene sus pies.
Las suelas fuertes, herraduras de caballo para no desgastar la piel encallecida, al punto de ser cuero.
Gabriela camina sin fondo por las sendas sin fin, por las veredas eternas.
Algunas veces, se admira de un paisaje y lo recorre sin parar arriba y abajo dejando sus huellas de hierro en la superficie del manto.
Un camino que la ve irse para volver un instante después pisando fuerte.
Al principio, la tierra amable le agradece la atención, se siente útil y hasta querida siendo recorrida en cada centímetro de su piel con minuciosa precisión.
Después, pisoteada e inútil ya espera que Gabriela se desnorteé y varíe el rumbo.
Entonces, Gabriela camina sobre la hierba.
Y la hierba se siente bendecida por su ir y volver milimétrico hasta que descuartizada de sus pasos yermos ruega que se marche y no la hiera más.
Y, entonces, Gabriela camina sobre las flores. Y las flores se sienten embellecidas por su mirada que las acaricia una y otra vez con embeleso, hasta que desfloradas y rotas se marchitan y lloran de pena.
Gabriela no tiene corazón.
Gabriela no sufre, no siente empatía, tiene sus propios códigos ajenos al sentir de las tierras .
No reconoce las roturas ni tiene conciencia de que su paso por los caminos es una larga senda de huellas rotas.
Hasta que a Gabriela le crezcan las alas y en la caída al vacío le bata un corazón.
El amor y el dolor son sístole y el diástole de la compasión.
Solo quien siente compasión cuida y solo quien cuida, aparta la violencia para siempre de sí.
Poema Belén
acaricié entre los dedos su tierra.
Y la tierra me habló del árbol,
el árbol me acercó al pájaro,
el pájaro me trajo el canto
y con el canto volvió mi madre...
Con la madre retornó el alma
a la piedra agreste.
Brotó el agua...
Y alma tienen el canto,
el pájaro, el árbol, la piedra,
y la mano que con tinta cincelan
la paciencia eterna del tiempo
y su mano abierta.
Grata, siempre.
Ex toto corde.
Rosalina
se intuía pantano.
Era el helado de fresa de una tarde de verano;
se creía filo de hielo.
Era aceite bueno en el pan moreno;
se afirmaba migaja de cedazo.
Era la oquedad de la taza conteniendo el café;
se sentía vacía.
Era palabra de menta balsamizando el aire;
se ahogaba en humo.
Era caricia de viento fresco en el rostro franco;
se imaginaba calima de arena hirviendo.
Era sana como un roble,
aunque sus heridas supuraran penas.
martes, 5 de junio de 2018
Para Carmela, porque siempre deja un comentario. Gracias.
lunes, 4 de junio de 2018
Te quise
al árbol que mece sus hojas vestido de
verano.
Te quise como la palabra profunda ama
la cuerda que la tañe desde el centro del habla.
Te quise como la niña chica ama la mano que
la acompaña a buscar manzanas.
Te quise como el alma ajena a las prisa
del tiempo, acaricia lo eterno.
Te quise como se quiere cuando se ama
sin querer,
sin magias ni causas,
sin hilos,
sin doblez y sin esperanza.
Te quise mucho.
Fue para nada.
sábado, 19 de mayo de 2018
Ni nombre tuvo
Se queda en un deslavazado y gris
Nosotras no tuvimos suerte.
Nunca viniste a cenar.
Excusa.
Cobardía que culpa al amor oscuro del amor nuevo.
La cicuta es más bondadosa.
Una sonrisa que nunca le vi conmigo.
Una mano que se tendía en puño.
Un corazón que nunca latió tan fuerte como
cuando quiso huir y me confundió.
Señales que no dan para vivir
ni para morir.
Un velo que no cubre el vacío.
Ni siquiera da para titularlo desamor,
apenas queda en deshilachada sinrazón.
Sin ser de razón.
Sin razón de ser.
Sin ser.
Nada.
martes, 15 de mayo de 2018
Trabajo
El buen trabajador, no obstante, comprende, ante todo, el sentido profundo de la oportunidad que recibió. Valoriza los elementos colocados en su caminos tanto como respeta las posibilidades ajenas. No depende de las estaciones. Planta con el mismo entusiasmo las frutas del frío y del calor. Es amigo de la Naturaleza, le aprovecha las lecciones, tiene buen ánimo, encuentra en la aspereza de la sembradura y en el júbilo de la cosecha igual contentamiento. Permanece en la vida sintiendo la oportunidad de su colaboración perfecta a fin de edificar donde se encuentra.
El día de hoy es la oportunidad bendita de trabajar, aquí y ahora...
domingo, 6 de mayo de 2018
Día de la madre
Muchas felicidades a todas las madres del mundo estén donde estén.
miércoles, 11 de abril de 2018
Pueblo vacío
se mantiene colmado de todo como una oportunidad de algo
que no sirviera para nada.
Y nada posee tanto ese espacio tan vital y vacío
como la respiración de las gentes idas;
como los pesares soportados dignamente entre las cuatro
paredes encaladas de cada quien.
Tan espeso es el peso de los días que
se convierten en un muro solo atrevasado por fantasmas
donde, de vez en vez, crecen amapolas o nace un sol.
No hay lugar para nada que no sea lo conocido,
ese conocimiento que no es sabiduría ni verdad
más parecido a una rutina trabajada.
Se vacían los cosmos pequeñitos
magnetizados por los agujeros negros
de una ciudad herrada
que atropella lo artesano con la prisa.
Saturno devora propios y ajenos
no dejando nada que sirva de alimento
a sus árboles sin fruto.
La primavera se marcha veloz
con un billete barato
al alquitrán,
pero la esperanza se acerca caminando
despacio,
al volver de los días, arrastrada por la mano del sol
y las amapolas
para enjablegar de verde
los caminos que llevan a la plaza,
al corazón de la aldea,
al pueblo,
a los paganos.
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miércoles, 4 de abril de 2018
Imagina...
-¿Por qué tendría que dejar de lado mi vergüenza si con ella me fue bien?
Ana, si aún escondida fuiste querida y repetada, imagina que pasaría si no te escondieras...
lunes, 2 de abril de 2018
No.
Sin admiración, ni interrogantes, ni puntos suspensivos.
No se dice de una sola manera.
Es corto, rápido, monocorde, sobrio, escueto.
No.
Se dice una sola vez, no.
Con la misma entonación, no.
Como un disco rayado no.
Un no que necesita de una larga caminata o una reflexión en el jardín, no es no.
Un no que necesita explicaciones y justificaciones no es no.
No tiene la brevedad de un segundo.
Es un no, para el otro porque ya fue para uno mismo.
No es no, aquí y muy lejos de aquí.
No no deja puertas abiertas ni entrada con esperanzas, ni puede dejar de ser no, aunque el otro y el mundo se pongan patas para arriba.
No es el último acto de dignidad.
No es el fin de un libro, sin más capítulos ni segundas partes. No no se dice por carta, ni se dice con silencios, ni en voz baja, ni gritando, ni con la cabeza gacha, ni mirando hacia otro lado, ni con símbolos devueltos; ni con pena y menos aún con satisfacción.
No es no, porque no.
Cuando el no es no, se mira a los ojos y el no se descuelga naturalmente de los labios.
La voz del no no es trémula ni vacilante, ni agresiva, no deja duda alguna.
Ese no no es una negación del pasado, es una corrección del futuro.
Y sólo quien sabe decir no puede decir sí."
Hugo Filkenstein / Marian Benedit
jueves, 22 de marzo de 2018
Enemigo del amor.
Por el miedo o por incapacidad de amar nuestra sociedad vive entrenando a los seres para tener pavor al compromiso. Se adora tener sexo, el placer de los primeros días de la relación, la seducción esporádica, pero se tiembla delante del compromiso. El miedo de perder inviabiliza cualquier relación, porque el amor es siempre riesgo, confianza, entrega.
La incapacidad de amar es la siguiente: quiero todas las ventajas placenteras de la relación, pero mi miedo de perder me hace no querer los riesgos posibles del compromiso. Y como siempre, quien todo lo quiere, todo lo pierde. Pierde, sobre todo, la vivencia gustosa del amor, el compañerismo, la sensación de inclusión y la paz de aquellos que se relacionan con afecto y ternura.
El miedo a perder, el miedo al abandono, el miedo a la soledad, el miedo al compromiso dan campo abierto a los celos y en vez de tratar de sanar esos miedos se finaliza la relación, creyendo que la próxima será mejor.
De hecho cada relación es la preparación para la próxima, desde que yo crezca, aprenda a trabajar mis limitaciones, a superar los miedos y a cultivar un camino menos árido para el próximo encuentro.
Ceniza
Un Sí que es No.
Celeiro repleto de un trigo hambriento.
Fuego de humo sin llama.
Olor a desamor quemado entre papeles de satén.
Cenizas, aún calientes, contenedoras de
madera mojada y brasa fría
sin una ni otra.
El triste aliento que mantiene
viva la luz del hogar mezquino,
mientra consume su óleo,
no resplandece ni aviva;
amortece y agrisa.
Niebla, nubes de humo y humo.
Remiendos viejos en paños nuevos.
La ceniza será fría
savia nutricia de maderas nuevas,
reverdecerá el campo
y nuestro amor perdido será
tallo nuevo y flor de fruto
de otros cuerpos y días otros.
Nosotras no lo veremos...
lunes, 19 de marzo de 2018
Stela
- Estelada: estrellada.
- Compostela: (campus stela) Campo de estrellas. Allí se encuentra el final del Camino de Santiago. La estrella que guía y marca el final del camino.
-Lizarra ('estrella' en euskera. ) Estrella Lizarra (ciudad cuya bandera contiene una estrella de ocho puntas, la estrella de Venus), aunque hay índicios que hacen suponer que Lizarra pueda significar fresnedal.
Star: Ingl. estrella
Aster: Del griego estrella
Asterisco: estrella pequeña
Astérix: (Aster + rix) celta, el lider , la estrella.
Asteroide: Masa rocosa que parece una estrella.
Astronomía: Dos raíces griegas aster y nomos (Conocimiento de las estrellas).
Astrología: Aster y logos. En la antiguedad se creía que los astros influían en el comportamiento de las personas.
Si se estrellara un asteroide en nuestra tierra ello supondría un desastre.
-Desastre: dis- aster (no estrella; sin estrella)
Cuando los marineros no podían ver las estrellas por la noche se sentían pérdidos, sin guía sin dirección y hasta podían morir, pq no existía aún google maps. Aquello era un desastre
miércoles, 28 de febrero de 2018
Feminismos I
Baldes de harina
martes, 20 de febrero de 2018
Qué será ser tú.
viernes, 16 de febrero de 2018
Pueblo vacío
se mantiene colmado de todo como una oportunidad de algo
que no sirve para nada,
Nada posee tanto ese espacio tan vital y tan vacío
como la respiración de las gentes idas;
como los pesares soportados dignamente entre las cuatro
paredes encaladas de cada quien.
Tan espeso es el peso de los días que
se convierten en un muro solo atrevasado por fantasmas
donde, de vez en vez, crecen amapolas o nace un sol.
No hay lugar para nada que no sea lo conocido,
ese conocimiento que no es sabiduría ni verdad
más parecido a la rutina trabajada.
Se vacían los cosmos pequeñitos
magnetizados por los agujeros negros
de una ciudad herrada
que atropella lo artesano con la prisa.
Saturno devora propios y ajenos
no dejando nada que sirva de alimento
a sus árboles sin fruto.
Puede que la primavera se marche con un billete barato
al alquitrán, pero la esperanza se acercará caminando despacio
al volver la esquina de la mano del sol y las amapolas
para enjablegar de verde los caminos que llevan a la plaza,
al corazón de la aldea, al pueblo, a los paganos.
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miércoles, 7 de febrero de 2018
No debí permitir
con tu boca manchada de mermelada.
No debí consentir que acercarás tu mano
a mi bolsillo, porque allí no estaban tus canicas.
No debí hacerme invisible
como las mujeres del Ateneo.
No debí volver a subir
cuando me hiciste bajar de tus labios.
No debí asomarme a tu almacén
tan lleno solo de ti.
Cuando aún era tiempo
y distinguía bien de mal
no debí romper mis alas
para posarme en tus ramas ruidosas.
Murió tu amor el mismo día que yo nací.
Lo supe desde siempre.
No debí quedarme suspendida
entre tus ángulos muertos
llenos de puntos suspensivos...
No debí permitir que me ningunearas,
tú, que ni siquiera sabes tu nombre.
lunes, 5 de febrero de 2018
Despedirse sin deudas
sábado, 3 de febrero de 2018
Huecos
que la carencia taladró y
vuelvo al lodo (que no a tu lado)
donde los compañeros no puedan verme.
Horado la tierra en galerias
de cuerpo entero y
pierdo el tiempo,
reclamando espigas a la hoja verde
de las primeras esperanzas.
No hay retroceso
ni recomienzo
para el sol que nace,
para la nieve que cae
para el amor que se va.
Me siento cauce de un río que sigue
su sino sin detención,
por más que hoy solo soy a la vista los Ojos de
un Guadiana secos de la lluvia de invierno.
Siempre
La importancia se macera despacio
en la bodega del tiempo
y las respuestas no siempre se apropian
de las copas y las bocas
un minuto tarde para transformar la vida.
Hay viajes que acaban en punto y minuto.
En este laberinto de días punteados
donde las historias se repiten de hora en hora
con idéntica precisión,
hay un lugar habitado
en alguna parte,
esperando dar refugio y cobijo
al abrazo que nos acoge
con infinita paciencia y resguardo.
Siempre hay alguien.
En el lugar adecuado,
en el momento justo,
en nuestra estación de paso.
Siempre.
Importante recordar.
miércoles, 31 de enero de 2018
He querido que no me guste..."La realidad y el deseo"
"He querido por todos los medios que no me gustará este libro... Me he puesto a leerlo cuando tenía hambre, cuando me dolía la cabeza, cuando tenía frío, cuando tenía sueño...no he conseguido que no me guste... Me parece maravilloso y estoy muy contento de que sea amigo mío, porque en España está la mejor capilla poética de este momento en Europa..."
Lorca nació poeta como el que nace cojo, ciego o guapo, según él mismo afirmaba.
martes, 30 de enero de 2018
De tanto
solazarme en su sombra
llegué a creerme
raíz,
tallo,
rama,
hoja...
Desde que el deshielo de savia
rompió la primavera
no he podido más que conocerme
y
reconocer
que no soy
tallo
ni rama
ni hoja
que no soy tronco rugoso
ni liso,
que no soy hoja verde
ni seca,
que no soy raíz dulce
ni amarga,
que no soy fruto maduro
ni verde.
Que yo creía ser árbol
y
solamente soy nido...
lunes, 29 de enero de 2018
Primum non nocere
A veces hay que hacer daño. Para curar, para extraer un cuerpo extraño en otro cuerpo o cuando los tejidos se han necrosado y la piel ya no es piel sino escara.
También en la vida cotidiana existen ocasiones en las que no hay más remedio que hacer daño, pero con el principio de dañar lo menos.
Es fácil de entender. En ambiente aséptico una incisión limpia con la longitud y la profundidad justa del pulso firme de quien quiere sanar y no herir. Esas heridas no suelen infectarse, son cuidadas y medidas. No hay ensañamiento ni dolo y la piel cicatriza por primera intención de manera natural. Pasado algún tiempo será difícil encontrar la marca porque estará olvidada. No restaña en la tormenta ni en vendaval.
Sin embargo, cuando la herida no es una incisión limpia sino un desgarro, es imposible evitar la infección. Los tejidos dilacerados e irregulares necesitan mucho tiempo y cuidados mas costosos. Para coser un desgarro es necesario hilo de bramante que restañará en cada ocasión, como si la cicatriz, la memoria del cuerpo quisiera recordar que aquel dolor puede volver. Y volverá. Pero el tiempo trabaja cada día...
En los días ríspidos del invierno, será indispensable recurrir a las provisiones almacenadas en lo íntimo, en las cosechas de los días de equilibrio y abundancia. En estos días, por supuesto que no nos será prohibido llorar. A pesar de ello, cuando el fracaso nos alcanza si nuestas manos están limpias ya estaremos medio consolados.
Cuando el alma se recomponga, cuando un viento fresco de la mañana nos despierte, será posible proseguir adelante con serenidad y buen ánimo.
Todo llegará...
A su tiempo...
viernes, 26 de enero de 2018
Jaraíz
Su sonrisa fue mi llanto.
Baíle de pasos contrarios
en tiempos conjuntos.
Su mirada a cámara
su risa y sus gafas
empañaron las mías.
Sus meñiques me ahogaron.
Sus grises me fundieron a negro.
Nunca la misma luz
trae claridad al mismo tiempo.
Su silencio fue un Gala echado a perder.
Recogí las suelas de mis abarcas
maltrechas,
sacudí el polvo y descalza
me alejé hacia el tunel.
Al fondo, se ven las luces
que iluminan una avenida llena
de tinajas vacías,
en dirección contraria.
El mosto aún yerbe en el jaraíz.
jueves, 25 de enero de 2018
"Amor artesano" cinco años después...
Amor artesano,
amor de puchero,
de lumbre de invierno.
Amor de gramola,
de tina y pañuelo.
De hogaza, de nube,
de corazón sin coraza,
sin traje de lata,
de corazón compañero.
Hace cinco años que llegaba al mundo ese Amor artesano.
Hoy ínspiro profundamente para tomar aliento y apagar la lumbre.
miércoles, 24 de enero de 2018
Semilla
de la tierra humeda y fría que la acogió
como cuna.
Del viento que la transportó,
del lodo que le dió cobijo,
del sol que le animó a crecer hacia el aíre,
de las manos del sembrador,
que horadaron el barro
y lo limpiaron de otras hierbas,
del perímetro de suelo que le
dió vida y tiempo.
Todos pusieron su granito de arena,
pero para abrirse al sol
hizo falta el trabajo interior
de dejarse humedecer y brotar.
Algunas veces, la semilla
pide libertad para poder hacer lo que le cabe."
lunes, 22 de enero de 2018
Rita Segato
http://www.conclusion.com.ar/info-general/una-falla-del-pensamiento-feminista-es-creer-que-la-violencia-de-genero-es-un-problema-de-hombres-y-mujeres/08/2017/
sábado, 20 de enero de 2018
Las páginas de la mañana
Le pregunté porqué ha permitido que se le acumulen tantas aristas en su cabeza y su corazón sin limpiarlas de a poquito según llegan.
No sé porque pone tanto empeño en que yo saque de la "bacia" los residuos de la vida, porque no siento que me encuentre en ese estado.Y de pronto me doy cuenta de que llevo escribiendo las paginas de la mañana, a diario, más de ocho años y ello ha servido para drenar todo lo que no aportaba o sobraba en mis días. Nunca le agradeceré bastante a Anca Balaj el haberlas puesto en mi camino.
Para mí no ha habido mejor ejercicio de meditación y de reflexión que escribir cada mañana, recien levantada, tres hojas en escritura casi automática. Escritura caligráfica libre, sin ninguna cortapisa y con la condición de no leer lo que se escribe al menos en un mes y no darlas a leer a nadie, de tal manera que sin más testigos que una misma, la voz es más propia y más real que nunca.
El grupo de meditación es majo y a ella le viene "de perlas", aunque, como en todo, no se pueden esperar milagros ni resultados espectaculares sin un poco de esfuerzo. A ver, si está vez consigue seguir "el hilo" más de una semana, porque eso de escribir "tanto" se le pone por delante.
El tiempo lo dirá.
sábado, 6 de enero de 2018
Día de Reyes
-No les hace falta llave, Diego. Si adivinan nuestros pensamientos,
¿para qué querrían la llave?, dice Lauri.
La razón sospecha, no se contenta con la lógica coja de los anuncios
La ilusión, más chica y más inocente, cree ciegamente en la magia
como su abuela creía en Dios.
Diego también la creyó por entero hace no tanto.
Pero hoy duda y se debate entre su instinto y la trampa.
El mundo mayor conspira, alimenta de su confianza la ilusión perdida,
vampiriza la inocencia, para un rato después descabezarla.
¿Para qué querrán los mayores hacer creer a los pequeños algo que ellos no creen?
¿No sería mejor hacerles ver que son algo y alguien en este universo,
que la mayor magia fue nacer,
que la fe verdadera es la que puede enfrentar la razón cara a cara
en cualquier tiempo,
que mágico es el amor que te besa a diario, te hace cosquillas, te invita a la risa, acorta los día, nivela distancias, recita poemas, escucha tu vida, te limpia los mocos y las calles sucias, te toma de las manos y las convierte en alas...?
¿No sería mejor ayudarles a entender que no necesitamos Magos de Oriente
porque estamos vivos, vivimos juntos, nos queremos y eso es bastante?
Ya, ya sé que no...
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