No hay atajos que lleguen lejos o acaben bien, (que se lo pregunten a los lobos y a las caperucitas). ¿Para qué querríamos tomar atajos oscuros cuando el camino se desarrolla bajo nuestros pies? La prisa por llegar y después ¿qué? Tomar otro camino y otro y otro como si lo importante fueran los metros recorridos y no la profundidad del viaje.
La suma de los atajos siempre es superior a la distancia recta entre dos puntos.
Puede que haya que escalar las calles para alcanzar la plaza, pero desde el zapato todo es huella y el camino está en los pies.
Nadie derramará nuestras lágrimas tampoco nuestro sudor. Por más que dejemos el petate en el camino, día vendrá en que lo volveremos a colocar en el hombro en el punto exacto en que lo dejamos caer.
El amor no desiste con facilidad, pero tampoco es frívolo o inconsecuente y si no que se lo pregunten a la abuelita.
viernes, 12 de octubre de 2018
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
I Pajarillo se presenta
A veces, hay que reconocer un derrota desde su inicio para no liarse en la frustración como un cordón a la pata de un romano. Desde afuera...
-
Las mujeres han existido desde siempre, como las vasijas y el ajuar; un poco menos que los árboles y las gallinas y un poco más que las es...
-
"Yo que un día te quise siempre" es el tí tulo de una canción de Ton i Zenet . Hoy la pido prestada porque también yo un dia t...
-
Cuentan que Merlín convirtió a una señora, que se llamaba Ruidera y a sus hijas en lagunas. Sucedió que una de las hijas de Ruidera desafio ...
No hay comentarios:
Publicar un comentario