sábado, 26 de diciembre de 2020

Navidad

 Algunos días, vuelvo del trabajo con el corazón envuelto en un pañuelo blanco para que no se me ahogue entre las alambradas y el lodo que arrastran  los filos de un bisturí. Los blancos momentos de la  Navidad se convierten en un barrizal triste y miserable en alegrias que transpira irrealidad.

Algunas noches, regreso con el corazón convertido en cristal roto que tu  paciencia  recompone hilo a hilo hora a hora mientras entrelazas en mis dedos todos los mimbres de amanecer.

Algunos días llevan en su interior sombra espesa que convierte la historia en un café helado para que no fenezca de tanta tragedia. 

Algunas veces rugo salud  y la vida se sienta a mi lado deshojando  margaritas hasta que un acero afilado finamente trae la prórroga.

Así las polaridades se expresan:

Al lado del veneno, el antídoto.   

Junto al dolor, el remedio. 

Al otro lado de la amargura, tú.

jueves, 5 de noviembre de 2020

Diego y la enseñanza

Diego dice que no quiere ser profesor, a pesar de que quien lo escucha lo sugiere con vehemencia, alega que el despacho de su madre (que sí lo es) se encuentra repleto de tantos papeles que necesita una brújula de  madres para poder localizarla en la habitación.  Se queja, amargamente, del tiempo que ella dedica a su trabajo y no a él. No  desea pasar su vida corrigiendo exámenes, enfrentándose a preadolescentes complejos, a padres enfurecidos ni se ve  defendiendo su honor delante de una sociedad que  lo estigmatizaría por motivos que él no comprende. Aunque intento explicarle que no existen labores sin contratiempos ni contraríos, es difícil convencerlo de que la vocación de enseñar, de ayudar a aprender es tan amplia que no puede resquebrajarse por la ignorancia a veces maliciosa que siempre la rodea. Quien enciende una luz, le digo, es la primera persona en beneficiarse de ella. En medio de la oscuridad del carbón es dificil no tiznarse alguna vez. No hay formación que espante  la compleja ignorancia de quien no se educó a sí mismo. Se educa y se instruye aunque la labor no es menor.

 
Educar no es un trabajo mecánico, no consiste en fabricar mecanos de chapa, ni formar parte de una máquina donde el  humano sea la herramienta por la que menos se paga.


Aprender no es un verbo que pueda conjugarse a placer ni con facilidad.

 Aprender es como respirar, imposible dejar de hacerlo mientras el cuerpo se mantiene vivo. Ambos verbos son mellizos. En muchos lugares se habla de la educación como la salvación de todos los males y sin embargo, la mezquindad anda perturbandole el sueño por la envidia de unos días de vacaciones que se valoran más que la formación de seres que más importan. La seriedad tiene mala prensa, teñida de un cierto olor a rancio (rancio jamás se conjuga con aroma) a tedioso cuando la frivolidad es tan amena. No se improvisa un buen profesor, no se improvisa el conocimiento ni la pedagogia. Desprestigiar a quien sabe y quiere educar a quien vive en  la ignorancia se requiere prestigiarr la ignorancia, valorar la insensatez, la picardia de aprovechar los recursos que no se han generado por merito propio. Ser más listo que los inteligentes se convierte en un valor a seguir. Recuerdo a una compañera que siendo muy niña defendia su ignorancia y su astucia diciendo que hay listos que tontos son y tontos que listos son. Y esa siembra da entre sus frutos el desprecio y el desprestigio de quien se educa y se da a quien desde la soberbia no quiere reconocer su ignorancia. Educar es valorar el futuro y creer en él.



Velos

Es como si fueramos desapareciendoeEntre el móvil y la mascarilla. Me rodea una sensación de burbuja transparente donde todo lo que queda fuera se distorsiona. Echo de menos la realidad por muy fuerte o intensa que pudiera parecer. Los aromas, los olores, la aspereza del tacto, la caricia de la seda... necesito sensaciones reales, no que mi cerebro complete aquello que no salta a la vista o permanece oculto detrás de un trapo. He conocido mucha gente nueva, solo puedo ver sus ojos y mi cerebro completa el rostro en función de lo que ve, y según puedo comprobar somos mucho más atractivos desde el arco de la nariz hacia la frente que hacia el mentón. Reconstruyo labios, pómulos y mentón pero cuando lo recreado se destapa pocas veces coincide con lo imaginado, casi siempre es menos atractivo de lo que lo perfilé, aún así lo prefiero. De tanto aislarnos del virus también lo hacemos de la realidad. Hace poco decia una niña que la mascarilla consigue que se introyecte a su propio mundo y siente que ya no le importan los demás. Esa percepción no le gusta, pero no puede esquivarla. Su aportación coincide con mi creencia de que cuanto más nos encerramos en nosotros mismos más ínfimos quedamos y más irrelevantes percibimos aquello que nos rodea. Si no dejamos de observarnos por fuerza encontraremos razones enfermizas para no salir de nosotros mismos y por experiencia sé que no hay montaña mayor.

 

domingo, 18 de octubre de 2020

Tiempo para jugar.

 Lo bueno de tener un patio grande es que se puede jugar a casi todo sin prisa ni presiones.  Mis plantas no piensan lo mismo,  pero aguantan como unas campeonas los balonazos, las caídas sobre ellas o la última  bala  ante el tirano de turno.  Y mientras jugamos, charlamos. Tiempo de realidades diferentes. A la misma vez pueden ser los espías más peligrosos de la ciudad intentando atravesar el foso de los cocodrilos y dos niños de primaria que soportan las horas de escuela con las mascarillas caladas hasta las cejas.

-¿Qué tal te va en el hospital, tita Pi? 

-Pues bien, Lauri.

-¿Curas a mucha gente?

-Si, claro y los opero a corazón abierto  y sin anestesia.

-¡Venga!!

-Oye, que es verdad. Los hipnotizo o les cuento una de tus historias y caen en extasis al momento, palabra de honor.

-¡Anda ya!!

Entre diálogos de la tercera dimensión y del día a día pueden sucederse varias horas, varios rasguños, algunos arañazos con la pared o cien caídas con el balón.

-Pi, la pared se me ha echado encima y me ha roto la uña...

-Eso no es nada. No seas pusilanime, ahora la hundimos. A ver...sana, sana culito de rana.

Se giró para mirarme como si yo fuese una extraterrestre.

-¿Así curas tú?-, dijo mirandome desde muy alto.

-Sí, ¿qué pasa? ¿no te gusta? Si quieres busco el soplete- le digo mientras la persigo como si fuera con él en la  mano.

 -Tita, eres rara. ¿Lo sabías?

Y yo pensé, lo extraño es que hayais tardado tanto en descubrirlo.

-Que yo no soy rara, hombre. Soy poco común, nada más.

-Que va, eres rara rara.

-Vaya y yo que creía que no os daríais cuenta de mi altura y mi inteligencia sin par...

 Diegui comenta entonces, como sin intención como para consolarme, que ser raro no es tan malo. Yo cortaría mi brazo derecho por ser raro, me dice. Te lo digo en serio.

¿No se habrá dado cuenta aún? No tendrá que desprenderse de tal apèndice...

-¡Anda ya!

Vaya cuadrilla.

 Lo raro no es que seamos peculiares, lo raro sería que estando juntos no nos divirtieramos.  Lo de menos son lo márgenes. Nos queremos y eso conociéndoles no es para nada extraño.






domingo, 11 de octubre de 2020

Feliz cumpleaños.

 Eres una inocente descreída  y eso me encanta porque sumas  a tu más sincera indignación la ingenuidad de creer que  estás a vuelta de todo, que nada te puede sorprender ya, que puedes hablar del futuro como si hubieras viajado a él y conocieras todas las respuestas, como si  los secretos hubieran perdido su misterio a tus ojos y nada ya pudiera sorprenderte. Y me encantas, porque en el fondo de ti no dejas de tener la esperanza de que todo mejore. Describes  tantas veces como adivinas lo que va suceder al minuto siguiente, quien va a fallar a quien a última  hora, donde se encuentra la maca... y sin embargo, lo haces mientras no dejas de buscar soluciones para cada problema y de dejarte la piel para que el sol vuelva a salir cada mañana. Puede parecer que eres una mujer ingenua, pero nada más lejos de la realidad. Ese sentido del humor tan afinado con el que hacer frente a la vida venga por donde venga, ese impetu para no dejarte amilanar, esas ganas de todo te yerguen frente a mis ojos de tal manera que mirarte siempre me inunda de ternura y de fuerza.

 Me ha encantado grabar el video, me ha  hecho una ilusión bárbara elegir el lugar, buscar el momento, seleccionar el vino...tratar de sorprenderte y ver de nuevo esa expresión de admiración e incredulidad en tu ojos. Me encanta derribar tus sombras porque  siempre sabes hacer de escombros luz.

Te quiero.

Bienvenida a los cincuenta.




sábado, 10 de octubre de 2020

sospecha

 Nos encontrabamos en la cocina preparando la merienda cuando de repente Laura se quedó mirando fijamente la chimenea. Absorta, se descubría en el movimiento de sus ojos el ritmo de sus pensamientos. Alguna idea le bailaba en la cabeza. 

-Tita Pi, ¿por esta chimenea baja Papa Noel en Navidad?

Yo le respondí que no lo sabía porque en casa siempre fuimos más de Reyes.  Ella siguió pensativa, lo cual no era raro porque en mi contestación  no había respuesta. 

Me miró fijamente y se atrevió a formular otra cuestión.

-Tita, ¿Papa Noel y los Reyes Magos sois los adultos?

-Vaya pregunta, Laura. ¿Qué te ha llevado a pensar eso?-, comenté muy seria.

Y ella me respondió que lo lleva sospechando desde los siete años. No es algo que  me sorprenda porque ya descubrí "al listo que todo lo sabe" de su hermano mayor diciéndole algo así como, "como niño de ciencia que soy, Lauri, tengo que  decirte que los Reyes Magos ni existen ni han existido jamás". En aquel momento su hermano le pareció un mentiroso al que era mejor no creer,  pero sembró la duda en ella.

- TitaPi es muy sospechoso que la letra de los regalos sea la misma que la de mis padres, no crees? Y además en  algunas casas dejan unos regalos magníficos y en otra mediocres. No es justo, algo no huele bien en todo esto.

 Yo creo sinceramente que a los niños hay que conducirlos hacia la realidad de la mejor manera posible y cuando ellos lo vayan pidiendo. Estaba dispuesta a revelar la verdad del asunto  cuando ella misma retrocedió sobre sus pasos y tapó mis labios con sus dedos. 

-No, no, no lo digas, TitaPi. Deja que continúe con la inocencia de la niñez, por favor, no me la robes...

Y yo no dije nada,  ya lo había dicho todo ella. 

Criatura.

 



 



jueves, 1 de octubre de 2020

El Guernica de Quino

De entre todas las viñetas de Quino me quedo con esta. Cuando la vi por primera vez, supe que el mundo tal y como lo conocía se podía cuestionar siempre.

jueves, 13 de agosto de 2020

L.

Te quiero

 y me resulta extraño

 amarte y como te siento,


como no lo hice antes,


como no lo haré más.


Te quiero

 con los ojos entornados y abiertos,

con la luz naciendo y muriendo

 a su tiempo.

 Te quiero

 de la forma extraña de querer

 que es amar sin saber

sin buscar,

pero queriendo.

Te quiero

de tal forma y manera

con tal "tempo"

que no puedo hacer nada más

que quererte como te quiero.

miércoles, 12 de agosto de 2020

Vino y olvido

 Nunca me pesó aquel vino que pagué y se quedó en la copa. En aquella ocasión, la verdad se reveló en el cristal más fino, en el que merecía escanciarse un caldo noble y caro como aquel que no fue cultivado para morir en el olvido y el desdén de sus labios. No fue necesario leer los posos del café ni echar las cartas sobre el tapete, la mezquindad del gesto fue tan potente como un láser en los ojos. Allí donde yo creí ver un día  un elemento cálido y noble como la madera se reveló un palo endurecido y reseco mal maquillado de verde entre sus oquedades rugosas. No había nada jugoso en su esencia, en algún momento de su niñez el exceso carbonizó la savia nueva al punto de tranformarla en la raíz amarga que siempre destiló, después, por supuesto, de una edulcorada luna de miel que jamás fue dulce. Siempre creyó que era quien se suponía, caminaba con el aíre de quien viste el abrigo de pieles más caro y los zapatos del tacón más fino, pero  comencé a verla sin cataratas en los ojos, amante de las canciones que guardaba para sí, conocedora de todas las letras, incapaz de sentir  música alguna, de un swing descabalado y sin ritmo.

Doy por concluído el duelo y por bien empleado el tiempo que gasté en la espera mientras los días recomponen mi pulverizado corazón porque la lección fue dura pero no mortal y hoy aun convalenciente, agradezco infinitamente que los ojos que me miran no sean ni molinos de tiempo ni veletas de chapa... y eso merece un brindis. ¡Salud!

 





viernes, 7 de agosto de 2020

Migrañas

 A veces, necesito leer libros que no digan nada, solo para consumir palabras como si fueran tragos de licor. Cuando leo en versión "solo palabras" no hilo  frases ni me preocupa su significado ni mucho menos su ortografía o su sintaxis, de modo que puedo leer en todos los idiomas del mundo. Solo sorbo las letras y veo como se desplazan hacia mi cerebro por el ascensor  entre planta baja de mis ojos y el arco gótico de mi nariz. Suben sin hacer casi ruido y se van colocando por los huecos de mi cerebro de tal manera que al ratito de leer mi mente se ha convertido en un ladrillo, un lugar donde los átomos ya  no son átomos porque no queda espacio entre ellos ni para la física quántica. Entonces cualquier ruido se convierte en un estruendo y todo  desploma como los edificios de adobe en un terremoto.

A veces de las entretelas de mi cabeza se elevan unas burubujas de colores metálicos que no sé de donde proceden ni que buscan o que quieren, solo sé que desde las profundidades de los sonidos se deslizan unos lazos de consistencia etérea que comienzan a elevarse hacia las orejas y estacionan en la parte superior del pelo como jirones de nube despedazados por el viento antes de la tormenta. 

Algunas veces,  necesito dejar que todo aquello que me vive en desorden yerba afuera a borbotones porque amenaza con colapsarme como si aguantara la respiración debajo del agua durante más tiempo del prudente. Cuando esto sucede se eleva un rumor de mar embravecido desde el pecho hacia la cara que colorea todas  mis pecas de un rojo tan intenso que duele. El galeno dice que son petequias borrachas de vino  y por eso comienzo a caminar como un borracho en días de feria y provocan esa  hemorragia de teatro que me arrebata después.

 Algunas veces necesito acunar mis penas y dormir sobre mi halda esa alegria ingenua que alborota a la loca de mi casa para no morir de poesia o de loca que tanto da.

Once días de confinamiento.

Once días de confinamiento alividados paradogicamente por alguna compra de medicamentos y el pan nuestro de cada día que ahora es el pan nuestro en días alternos.


jueves, 6 de agosto de 2020

Sedas y espartos

Llegaba desde una tierra cultivada entre caminos  de arena y yerba verde  con pies descalzos y andariegos que recorrian las sendas con alegria y se desplazaban entre la rocaya y el arenal seguros del terreno que pisaban sin descuido. A lo lejos ella resplandecía con una luz dorada y atractiva en una senda pulida y recamada de suavidades, plena de  aromas intensos de maderas fragantes, de barricas de  vino nuevo y roble antiguo. En ella se apreciaba el intenso trabajo del alquimista por conseguir decifrar el espiritu del vino sin que la fruta hubiera  siquiera fermentado en el jaraiz. Y yo que atravesaba los puentes y los puertos ahogándome sin otro  empuje que el de sobrevivir en medio de la hostilidad, me deslumbre ante su ciencia y su conciencia. Sin embargo,  los pies callosos no descansan entre sabanas de seda, se enganchan entre los hilos finos y se hieren entre los mimbres de la miseria.  Para los caminos pulidos y dorados son necesarios zapatos de tacón y medias de cristal con el brillo intenso de una pasarela vidriada. Todo era mentira.  Solo un espejismo de aquel desierto de renombre que tanto recorria con la lengua y al que yo no sabría  señalar en ningún mapa. Aún me ciegan las retinas sus palabras al punto que  solo puedo mirarla de lejos. Ella, con su parche de pirata se duele de las cicatrices al socaire que restañan al cierzo de marzo y yo lloro  sin consuelo expuesta al abrego de abril. Pero es que ella solamente ve la vida con un ojo tuerto que acomoda a un solo punto de luz. No se deslumbra porque esta acostumbrada a una sola direccion: La suya. La empatia, la compasión, la piedad, la bondad, la sinceridad y el compañerismo quedaron sacrificados en una finta de espada en su primera infancia. No la culpo de su miopía sino de la ceguera que  provocó en mi corazon.Este no infartó, se quedo ciego e inerte de mí y no reparó en la pata de palo con la que me empujó de nuevo al mismo mar proceloso, al  los puentes y los puertos que tuve que atravesar de nuevo, sin brazos, para ver la luz. 

Asi es la vida, nos permite germinar en tierra extraña y florecer entre cierzos y extraños aunque el sol no nos conozca y el rocio no nos alcance. Dentro de nosotros el agua dulce también es mar. Y si bien fue un reto salir del pozo aún guardo  algo de la poesía que de un modo u otro  posó en mi corazón, aunque lo hiciera sin querer o aunque ella no haya leido nunca los versos q sin saberlo escribió. Somos pluma y tinta. Todos escribimos  algo y somos escritos por alguien q pasa a nuestro lado y nos roza, lo intuyamos o no.

sábado, 1 de agosto de 2020

Entre el recuerdo y la ausencia

Con los ojos cerrados vuelvo a recorrer la linea de tu mano, el perfil de tus dedos, la piel que me conmueve.

 Con los ojos cerrados escucho el latir de tu corazón expresado en cada mirada, en cada sonrisa tuya tierna y verdadera.

 Con los ojos cerrados vuelvo a verte y a sentir tu presencia tan cerca de mí como tu aroma. 

Con los ojos cerrados te cuento como las plantas de agua florecieron en agosto y sus flores blancas perfumaron todo el patio.

 Puedo contarte de los pequeños, de como hablamos de ti y les conmueve tu historia,  puedo traerte noticias de tus muy queridas  amigas y de como me visitan con las primeras flores de la primavera para colocarlas a tu lado con la sinceridad del gesto más entrañable.
Te echo irremediablemente de menos y a veces lloro. Y sabes, soy muy llorona. Lloro por todo y algunas veces por nada, pero nunca lloro como si no tuviera esperanza. No me enseñaste a perderme y gano siempre. Aunque llore. Y te aseguro que cuando hay que arremangarse, no dudo. Y cuando hay que apretar los dientes, o empujar el carro no me evado. Mantengo esa sensación dulce de nuestra convivencia, de nuestro entendimiento y si la vida me deja boca abajo algunos días tu recuerdo me pone irremediablemente de pie. Vivo entre el recuerdo y la ausencia, trato de ser valiente. Sé que si alguna valentía me visita, sigues siendo tú, mirándome, como siempre, con los ojos muy abiertos.

Te quiero, mamá.





domingo, 31 de mayo de 2020

Palabras huérfanas.

"Las llaves de la memoria" de Jesús Armesto.

"La sociedad está compuesta de dos clases de personas: las que no pueden recordar y las que no quieren olvidar"


lunes, 18 de mayo de 2020

El arte de sentarse en una silla

Decía mi madre que de todo podría arrepentirme en la vida menos de la honestidad y la coherencia para con ella (se referia a ellas dos, me figuro) Esas y otras raras virtudes  tienen mala prensa y están tan anticuadas como el agua de colonia a granel, a saber: honestidad, prudencia, compasión, generosidad, coraje...También hablaba mi madre sobre el arte de sentarse en una silla. Ese era un talento que no todos dominan y que dice tanto de quien lo practica...! Mi padre, por ejemplo,  solía sentarse "al revés", es decir, usaba los peinazos para apoyar los brazos y dejaba la espalda a aíre, Mará suele sentarse apoyando el brazo izquiedo sobre el lateral como si fuera en moto al estilo femenino de los años cinquenta; Laura se sienta y la hace bailar, y Diego se coloca el asiento en la cabeza mientras juega a llevar un casco intergaláctico. Nadie se sienta del mismo modo en la misma silla. Hay quien puede hacerlo en un asiento de anea como si fuera terciopelo, quien se sienta en una esquina, quien apoya las caderas de alto en bajo y de adentro afuera, quien se apoya a la mitad o es de un culo de tan mal asiento que se mece sobre una pata y siempre parece que se fuera a caer de ella. Hay quien la utiliza el día entero y quien ni para comer la usa, quien apoya los dos pies y quien cruza las piernas con arte,  variantes al gusto,  pero, sobretodo, observo dos manera muy diferentes de sentarse que lo dicen todo de quien se apoya- Están aquellos que pueden acomodarse a un asiento lleno de papeles,  una caja de lápices, tres piezas del lego, el envoltorio de un donuts, un bote de zumo, dos bolis y una caja de chinchetas  se acomodan a una superficie mínima y no parecen estar incomodos ni molestos en absoluto, y están aquellos que solo saben usarlas con el asiento despejado de todo y lo hacen tan comodamente que  nada les perturba la acción. Estos últimos no entienden como pueden los primeros sentarse de tal manera.
Julio Anguita ha sido un hombre honesto que supo sentarse siempre en una silla de respaldo recto y asiento libre. Yo aprendí de él a no tenerle miedo a la verdad y a no contemporizar con la frivolidad y la vulgaridad de lo aparente, a mirar más adentro y a defender lo que se siente, a la indignación justa y a la pedagogía valiente.  Siempre me pareció un hombre contundente y libre que sin caer en el insulto ni en la ofensa defendia con argumentos lo que ahora se defiende con la violencia verbal de quien no tiene nada que decir. Hoy pude ver unas imagenes sobre su funeral y vi  a la gente de la calle, al pueblo sin alharacas ni maquillajes aplaudir y despedirle con emoción y agradecimiento por la enseñanza, por la lucha y, sobretodo, por el ejemplo. De esto último, también hablaba mi madre:  No tomes ejemplo de los malos ejemplos, decía. Hoy, ella que no pudo nunca caminar hubiera aplaudido desde su silla de ruedas libre de todo impedimento.
Gracias por todo, Sr. Anguita, por la lección y por los pasos.

 La tierra le ha de ser leve a un espíritu tan claro y firme como el suyo.

sábado, 9 de mayo de 2020

Confinamiento I

He perdido la cuenta de los días que llevamos de confinamiento, no quiero ni pensarlo, no me importa el número salvo por anotar la cantidad de historias que Diego ha inventado en este tiempo. Tengo la suerte de vivir en una casa con un patio orientado al sur, la luz entra desde el amanecer y todas las tardes  tengo que pedirle al sol,  amablemente,  que se marche porque de otro modo llegaría tarde a despertar a mi comadre María que vive en Ecuador y se levanta cuando él aparece por la ventana. María me lo agradece infinito, lo sé. Dependiendo de las estaciones la luz que llega al patio se inclina en una dirección o en otra y a su sazón voy cambiando las plantas de lugar para que las alimente el sol en invierno o para que no las queme vivas en verano.
Comencé a sembrar las semillas para el huerto hace un  mes y ya he trasplantado los tomates, los pepinos y las calabazas, en unos días trasplantaré las plántulas de melón y de pimiento. Ahora que los dias son más largos los brotes aparecen como por arte de magia, por lo tanto solo falta que me escape una tarde a preparar la tierra y a plantarlas donde deben crecer.  No imagino lo que deben ser estos días en un apartamento pequeño y teletrabajando o sin trabajo que será aún peor. No sé si me acostumbraria a vivir en un habitáculo pequeño sin sufrir claustrofobia, acostumbrada a las grandes planicies creo que se me caerían las plumas de vivir sin aire. A las que tengo que recortarle los vuelos (hablando de plumas) es a las gallinas.  Cuando espelecharon antes del invierno daban mucha pena,  pero ahora que ya tienen el plumaje nuevo les ha entrado la mania de subirse por donde no deben hacia donde no pueden y he tenido que ir a recogerlas mas de una mañana a casa de la vecina. Cuando se lo contaba al pequeño Diego tuve el desacierto de escoger mal las palabras y a poco le da un telele cuando me escuchó decir que pensaba cortarles las alas. Naturalmente no lo dije como algo literal, solo se trata de recortarles las plumas para evitar que vuelen largo y que acaben en algún caldero ajeno antes de tiempo. Eso les suelo gruñir cada vez que entro al gallinero y no las encuentro, que me arrepiento de haber ido a buscarlas tantas veces a otras casas y que arriesgan su vida tontamente mientras me averguenzan sin orden ni concierto...

domingo, 3 de mayo de 2020

Dia de la madre.

Si, al principio fue el verbo, su primera manifestación no pudo ser otra que la primera y esta bien podria ser una palabra muy similar en casi cualquier lugar y lengua de la Pachamama.

En español, madre.
En catalán, mare.
En portugués, mae.
En italiano, madre.
En francés, mere.
En inglés, mother.
En alemán, matter.
En sueco, moder.
En quechua, mama.

Si la primera palabra fue madre a su semántica quedaron soldadas para siempre pecho, leche, cuna, infancia, dulce, halda, regazo, caricias, besos, valores, principios...

Las crisis deberian estar gestionadas por esas madres que saben curarlo todo, a saber:  los males de amor con un beso a tiempo, la insurrección con una simple zapatilla, el hambre con un imposible  multiplicar  panes y bizcochos, la ignorancia con una simple letra, la fiebre con un  paño humedecido... porque es increíble, pero las madres lo saben todo y además son imposibles de engañar...Saben de nosotros más que nosotros mismos, sobretodo porque cuando nos  analizan (las buenas madres jamás juzgan)  utilizan el único juício que no se equivoca nunca que es el juício del amor.

Feliz día para todas, las presentes y las no presentes (que no ausentes), porque ellas siempre nos acompañan  estén donde estén, y gracias, especialmente, a la mía que me acuna cada día en ese corazón compartido desde el inicio porque principios hay que no tienen final.


LA MEDIDA DE MI MADRE Begoña Abad


LA MEDIDA DE MI MADRE

No sé si te lo he dicho:
mi madre es pequeña
y tiene que ponerse de puntillas
para besarme.
Hace años yo me empinaba,
supongo, para robarle un beso.
Nos hemos pasado la vida
estirándonos y agachándonos
para buscar la medida exacta
donde poder querernos.

Begoña Abad



martes, 28 de abril de 2020

Duelos ausentes

Mis manos son un árbol
sus raíces son tus pies clavados
a una tierra agreste de hojas secas que los circundan,
los arañan y los pulen con días de lija y
noches de luto.

Esta nostalgia  anclada en el paseo
de los olmos negros, 
abre la puerta a  hormigas voraces,
borrachas ya de tanta pena,  que devoran los días
con hambre lustrada.

Una espiral de ruedas concéntricas
gira sobre sí  un día y otro
como el torno del alfarero sobre un disco de vinilo
que destruye el barro y lo convierte en polvo.
Las agujas del reloj giran locas vueltas contra la pared.
Nada hay ya proyectado,
todo es polvo suspendido y quieto.

No hay despedidas,
ni besos compasivos al mármol de la muerte
solo una alambrada de bayonetas que
separa un alma de sus almas
en frontera hacia un hueco vacío
que ni flores requiere.

Una caja triste de fe agotada
encierra un nombre

sin  certeza alguna
escrito sobre un papel macilento y
sospechoso que una mano aprieta.

No somos de nadie,
no vivimos días de nadie,
ni siquiera somos de nosotros mismos.


No lo fuimos nunca
cuando nos marchamos.





sábado, 25 de abril de 2020

Sheila Blanco

Su jefe tiene una varita de los deseos. Se empeña en romperse una uña para que su amigo médico le de la  baja y oye, que lo piensa, lo piensa y lo piensa hasta que le pasa. Ahora otro carga con toda la responsabilidad y el plus de peligrosidad lo cobra él. A eso se le llama un plan sin fisuras, ¿eh  campeón?

 Desde  luego, "la vida para lo único que sirve es para vivirla", menos mal que siempre nos quedará la música. 

BSO del cortometraje "Cuestión de Suerte".

"Para volverte a ver" con la voz de Sheila Blanco



lunes, 20 de abril de 2020

"Sinfinamiento"

No se trata solo de vivir cada día como si fuera nuestro último día, tal vez lo sea importante contemplar la  posibilidad de vivir cada día como si fuera el último de aquellos que  nos rodean.

sábado, 4 de abril de 2020

Aute, a veces, pasaba por aquí


  Al alba, Sin tu latido, Prefiero amar,  La belleza, con  Alevosia. Solo Pasaba por aquí...


Que la tierra le sea leve...






lunes, 30 de marzo de 2020

Nunca choveu que non escampara...

En estos días difíciles de pérdidas y calles vacías las paredes y los muros de las casas no son suficientes para separarnos, nos une hoy la necesidad de estar juntos, unidos o no. Pasamos unos de otros a la distancia prudente de un par de metros y sin embargo, siento que estamos más cerca  justo cuando el peligro de rozarnos significa pena de muerte.  Todo el espacio que  nos intermedia no es distancia sino prudenica,  un puente solidario y fraterno que nos acerca en el dolor y en la lucha callada frente a esta realidad sin maquillaje que nos desgarra por dentro. Retrocederemos en el tiempo y en las libertades que ofrecemos como prueba de solidaridad y tabla de salvación. Nunca estuvimos liberados de la muerte y nunca  presentimos la vida como ahora. Tiempo vendrá para arremangarse y poner en orden el caos de hoy. El enemigo no es un león aunque sea una fiera. El veneno viene en dosis pequeñas pero no mínimas. La carga no es la de las bayonetas sino la del acúmulo de mimiedades multiplicado en los cuerpos. En estos momentos nuestra libertad es la obediencia. 

 Todo esto pasará. 

Si pasa lo bueno, no puede ser de otra manera...


miércoles, 25 de marzo de 2020

Hacia un nuevo paradigma.

Escribí este texto el 25 de febrero de 2020, aunque siento que han pasado varios años desde entonces. No está totalmente desfasado. Algo de lo dicho queda.

Estoy segura de que caminamos hacia una nueva humanidad tan distinta de la que conocemos que el paso de los días acabará por turbar a muchas personas. Algunas palabras comienzan a diluirse ya, no solo las  moribundas, por el  fin de ciclo: aldaba, badila, cáspita, faldriquera...vocablos que  empalidecen hasta desaparecer con los objetos que ya solo son útiles en los museos de historia de las cosas, sino también esas otras palabras que anunciaban situaciones incompresibles hoy, términos que desaparecen como se extinguen los motivos morales que les daban cobertura. Caminamos hacia una nueva forma de ser humanos, de entender la realidad y de conformar sociedades que comprendan mejor la esencia humana y que  la liberen de preconceptos y moralinas rancias dificiles de entender. Mucha gente trata de construir nuevas formas de relacionarse, de convivir, de formar familias, de acercar lazos. Nuevas formas para la alimentación, más responsable con la naturaleza y con las nuevas almas que poblarán los mundos habitables. Dejaremos de comer carne como dejamos de ser caníbales, estoy segura. Solo espero que la transición sea pacífica aunque se augura peliaguda.  La religión será la del espíritu y no la de los hombres. La fé podrá encararar a la ciencia porque la razón guiará su pasos y no volverán a la enemistad. Los cuidados se considerarán una nueva forma de  ascensor social, de prestigio y de mérito porque las civilizaciones habrán descubierto que solo el cuidado produce la paz y la prosperidad. La vida humana será tan valiosa que cada segundo se protegerá en el cuerpo. El cuerpo formará parte del templo personal de cada uno y se respetará verdaderamente su permanencia sin tener en cuenta el rédito de la producción porque habremos entendido que el sentido de la vida es ocupar la piel con el mayor respeto sin derivas de ocupación y beneficio.  Una nueva sexualidad verá la luz, un tercer sexo, una transgeneralidad que abarque desde la mónada hasta el arcángel y que liberé las mentes y los corazones hacia una  mayor compresión del amor y de la vida sin castraciones y sin vulgaridad, porque sabrán que el alma que toma cuerpo  en una epidermis senciente podrá revelarse sin barreras y no será necesario otro filtro que el respeto a cada cual siendo cada quien humano: el alma es transexual, cuando un cuerpo habita otro cuerpo es cierto que ya son una sola piel, aunque un cuerpo no pueda dejarse vivir por dos almas.
Dentro de poco nos encontraremos en el camino final del primitivismo psicológico que nos envuelve y las civilizaciones se dirigirán hacia una verdadera revolución cognitiva y de valores. No habremos llegado alli ni por casualidad ni por voluntad propia, sino más bien a manos de una Vida no deja de evolucionar y acontecer para nosotros y a pesar de nosotros. Nos encontramos en esos tiempos que median entre la ruina del derribo y los cimientos del nuevo edificio.  Durante algún tiempo todo será peor que antes de hundir la casa, los cristales caeran rotos, las puertas desajustadas, el caos en todo lugar:  en medio de los escombros, los puntales, la cimentación, las rozas de la pared... nos preguntaremos si fue buena idea llamar a los albañiles y propiciar ilusiones de algo mejor  cuando todo se encuentre patas arriba y parezca no tener fin, pero todo pasará y la nueva casa se mostrará resplandeciente...

martes, 24 de marzo de 2020

23 de marzo. Diez días de confinamiento

Hoy detiene tanta pasión el beso que no das
que rompe los labios como una roca de mar
a cuatro pasos de mí.
Esta noche un hilo de luz  traspasa el panel japonés del salón
y cae como una hoja sobre ese lunar de tu cuello que
jamás recuerdo y la luna no olvida.
Hoy todos los vientos del mundo
confluyen en ti y no sé  muy bien porqué
en este mismo instante, en un mundo paralelo, tú
me quieres verde y yo no siento miedo...



martes, 17 de marzo de 2020

Microcuento

When she woke up she saw an angel standing beside her bed. Am I dead? - She asked him. No, - answered the angel - I am alive!

GIOVANNA IORIO. ITALIA.

domingo, 8 de marzo de 2020

Historia / Vida

Nuestra historia es una y nuestra vida es otra cosa. La primera se ocupa de nuestros actos sociales, de lo reconocido, de los registros oficiales, y la segunda de la hora del desayuno, de las conversaciones con los amigos, de las caricias,  de los amores, de la hora del café... Tal vez por ello nuestra historia y nuestra vida rara vez coinciden en punto y minuto, salvo en aquellos breves momentos en los que el don de la ubicuidad nos permite ser una y otra como los dos cuerpos de un alma....


Hoy me traigo a Angelina Gatel

viernes, 6 de marzo de 2020

Versos de Gloria, y Chema Madoz

Carmela, creo que  la fotografia es una segunda naturaleza en ti, dejo aquí la dirección de una página web que he descubierto y que me gustaría compartir contigo y por otra parte el poema de Gloria Fuertes que he escuchado esta mañana en "De pe a pa" de RNE musicado por  Juan Valderrama, y que me encanta.

http://www.chemamadoz.com/

Pienso mesa y digo silla,
Compro pan y me lo dejo,
lo que aprendo se me olvida,
lo que pasa es que te quiero.

La trilla lo dice todo;
Y el mendigo en el alero,
el  pez vuela por la sala,
el toro sopla en el ruedo.

Entre Santander y Asturias
pasa un río, pasa un ciervo,
pasa un rebaño de santas,
pasa un peso.

Entre mi sangre y el llanto
hay un puente muy pequeño,
y por él no pasa nada,
lo que pasa es que te quiero.

Gloria Fuertes


miércoles, 26 de febrero de 2020

Flores de carnaval

Flores de carnaval
1 litro de leche
600 gr de harina
4 huevos grandes
Sal
Zumo un limón
Azucar glace
Se baten todos los ingredientes bien hasta que no haya grumos.
Se deja reposar la masa, como minimo dos horas, yo la dejo reposar toda la noche en la nevera y las hago al dia siguiente. Se frien en abundante aceite y teniendo el molde muy caliente para que se desprenda bien. Se ponen encima papel absorvente y cuando se tienen todas hechas y frias se decoran con azucar glace.

NO PAGUES


No pagues a nadie el  precio que  alguien te exija por su amistad
Quien, de cualquier forma, se coloca en venta, nunca vale lo que te solicita para que corresponda a tus ansias.
Quien se te condiciona afectivamente, intenta anularte en aquello que eres y te somete a sus propios caprichos.
Bendice al amigo que, sin imposiciones, no quiso permanecer a tu lado, y aprende a vivir sin él.
Por quien, voluntariamente, te hace sufrir, no sufras un minuto siquiera.
El mundo está repleto de corazones que, más allá de estar a tu lado, nada habrán de cobrarte para latir junto a tu corazón.

Hermano José




lunes, 24 de febrero de 2020

Trabalenguas al peso.


“Quiero y no quiero querer
a quien no queriendo quiero.
He querido sin querer
y estoy sin querer queriendo.
Si por mucho que te quiero,
quieres que te quiera más,
te quiero más que me quieres.
¿Qué más quieres? ¿Quieres más?”



viernes, 31 de enero de 2020

Los pájaros de casa.

En la casa de la abuela María siempre había golondrinas. Cada año regresaban al alero de la fachada de tapia y allí construían su nido. Sus entradas y salidas por el aíre nos entretenía en las mañanas de verano. Luego los polluelos piaban como endemoniados y ellas no dejaban la ida con la venida en un vuelo sin fin cuidando de su condumio. Cuando completaban el plumaje, comenzaban las clases de vuelo. La verdad es que disfrutábamos mucho en aquella convivencia tranquila entre las aves y los niños. Alguna vez encontramos algún huevo caído o un polluelo sin suerte. Entonces abríamos una tumba minúscula en la tierra y les organizábamos un sepelio digno de un rey con todos los honores que se nos ocurrían, música de pandereta incluída.
La abuela nos prohibió terminantemente molestarlas. Eran sagradas, decía. Las  golondrinas traían un reguero de excrementos,  barro y buena suerte con ellas, probablemente de aquella convivencia, aprendimos a comprender y a respetar lo natural de la vida, el nacimiento y la crianza, el vuelo  fuera del nido y la caída de los más débiles que nos conmovían tanto.  Tal vez por eso, por lo que representaban de mi infancia cuando a mi patio llegaron las primeras me alegré, sentí que la vida se estaba acordando de mí, tenía la impresión de que ella agitaba su pañuelo actualizando el pasado y trayendo a mi casa todos aquellos recuerdos familiares  de los  que me había olvidado en buena parte. Vinieron dos parejas que se aposentaron en el fluorescente del patio y desde aquella pista de aterrizaje y despegue comenzaron a construir su nido con los mismos planos de arquitectura de aquellas primeras de la casa familiar. Me apenaba que la pared no fuera de tapia, ni el tejado de barro, porque en algunos días de calor intenso, temía que fenecieran, pero resistieron verano a verano durante muchos años hasta que una primavera solo vinieron tres y no quisieron construir su nido. Pasaron las noches en el fluorescente del patio, las tres juntas, muy unidas unas a otras. Diego y Laura eran muy pequeños, pero las recuerdan muy bien y las echan de menos cuando viene el buen tiempo. Cerca de casa también hay dos nidos de cigueñas. Nidos que parecen frágiles, construidos con ramas en lo alto de las dos chimeneas de la alcoholera. Este año en el otoño un ventarrón terrible derribó  casi todos los arboles de la alameda, volaron los tejados y  hasta algunas señales de tráfico, sin embargo los nidos resistieron como catedrales góticas. Pronto llegarán de nuevo, aunque algunos años con este cambio de clima ni siquiera se marcharon.
Los gorriones siguen viviendo en el árbol del colegio. Una copa de hojas que parecen estar vivas,  en movimiento constante en un piar infinito. En algunas ciudades dicen que están extinguidos, que los fitosanitarios han acabado con su alimento y el estrés que les produce la vida ruidosa de las ciudades que nunca duermen han acabado con ellos, no han resistido la vida urbana y dependientes del entorno humano, desaparecen con los pueblos vacíos.  No puedo imaginarme una mañana temprano sin escuchar su presencia. Debe ser algo terrible. Imagino un amanecer en silencio,  sin pájaros y creo que no encuentro algo más triste. Sin niños, sin pájaros y sin flores  ¿qué será de nosotros?


lunes, 13 de enero de 2020

Carta para Ana.

Querida, Ana, (ya ves que comienzo) creo que nunca antes había encabezado un carta para ti de ese modo. Lo mismo sí, pero no me recuerdo yo tan cariñosa.

Voy a permitirme escribir una carta para ti una vez más. Hace poco tiempo alguien me pidió que le enviara un texto manuscrito, la verdad es que me incomodó bastante, me provocó una gran pereza transcribirlo, no obstante, se trataba de algo importante y me obligué;  comencé caligrafiando sin ganas y acabe con pena por dejar el lápiz. Hacía tanto tiempo que solo escribía en el teclado del Pc que no recordaba lo placentero que puede escribir con tinta.

Pergeñar una carta tiene un punto de intimidad que no destilan los mensajes digitales: el ceremonial que antecede a la escritura como prólogo de lo por decir; preparar el papel; encontrar el lugar y el momento apropiado;  serenar el alma de lo cotidiano y adentrarse en una relación íntima con el ser a quien se comienza a pensar desde que el proyecto se plantea  permite una conexión en el éter de los afectos de un modo que, esa es mi impresión, dice mucho más que el contenido, es más rico, se le imprime un aura a lo dicho en el renglón escrito y en los espacios que lo circundan que también nos dice, nos revela. Al fin y al cabo, el "New Times Roman" nos ha uniformizado a todos, y  qué narices, a veces es necesario una linea desigual...

Esta vida rápida descarta lo artesanal, perdiendo lo íntimo, el temblor del renglón, la firmeza de la tachadura por encima del error o de la duda,  el escalón del punto y a parte,  la letra marcada por la emocion...en ambiente estéril no se echa sal al puchero y lo cocinado es comestible, pero indiscutíblemente, mucho meños sabroso. 

 Recuerdo cuánto me emocionaba escribir cartas para ti, que parece aunque no es escribirte. Establecer esa comunicación que crea lazos a pesar de los nudos de la distancia. La conexión del pensarse, esperarse, desearse y recibir. Al fin y al cabo, escribir no es más que materializar pensamientos, sentimientos, deseos. La caligrafía del afecto siempre es distinta. Trata de ser más clara, más cuidadosa, más cercana  y de esos mimbres estas cartas.

Sigo echando de menos nuestras conversaciones, leerte en la dedicatoria del libro despertó en mí una nostalgia muy viva del contenido y del continente. Tu letra, que tan bien conozco, entró directamente por el camino que trazamos hasta esa emoción  confortable de la ternura compartida de la infancia y del primer ser consciente de la juventud. Fue como ponerse de nuevo la camisa blanca de algodón suave y reconocer el aroma de la piel nueva.

Reconozco que me han pesado los puntos y aparte, que cerré una puerta que tú no quisiste o no pudiste atravesar, que el dintel que te esperaba se desconchó y el umbral se humedeció sin remedio. Será culpa de la ley de entropía la que degrada sin aviso las casas cerradas. Es curioso como la convivencia en un lugar no trae la ruina de una puerta cerrada por donde ya no pasa el aíre.

Dejas en mis manos la responsabilidad de soportar tu huida cuando dices que te conozco mejor que si te hubiera parido, y esto no es mérito mío. Nos acompañamos entonces como siempre, cuando la perdiste tan temprano que no quedó  oportunidad de dejarte ver crecida y ser querida por algo más que los genes. Sé que sigues buscándola a pesar del tiempo transcurrido y que vuelves la cabeza intentado ver sus ojos y su gesto de amor, que necesitas su consuelo cuando te raguñas las rodillas en el alquitrán  y su beso de buenos días cada mañana. Sé de tus temores, de tus caídas y de tu orgullo; de como niegas tus dudas y como golpeas cuando te ves descubierta en una esquina del "por ahí, no". Siento que te comprendo mejor incluso que a mí misma cuando te leo y me inunda el alma esa sensación de ternura inmensa que quiero creer que no se llame dopamina, serotonina ni otra sustancia neuronal. También sé que no puedo volver a abrir la puerta que ya cerré porque ni existe la cerradura ni tengo la llave, pero sí sé que se puede  comenzar a construir desde otro lugar, desde otro jardín sin muros que  no permita que el  cierzo arruine las semillas pequeñitas del semillero nuevo,  sin tibiezas ni medias tintas.

Sé que te sigo queriendo, que no deja mi corazón de solazarse cuando te encuentra, que en mi vocabulario sigues formando parte de la primera estrofa  y que no es el "te quiero" final de una dedicatoria a lápiz la que te trae a mi trayectoria desordenada otra vez. No soy la misma, no estoy en el mismo lugar ni puedo dar lo que tú me pides, pero puedo ofrecerte un hueco en el embarcadero, las flores vivas del jardín de mi casa y una taza de café junto a la chimenea cuando la necesites desde la amistad y los cincuenta años que de algo habrán servido para ti y para mí.

Un beso, querida Ana.








El jardín de tus amores. Irmao José


Con tus manos puedes cultivar el jardín de tus afectos
Se generoso en tu casa
Cuida de tus plantas, no permitiendo que la hierba dañina lastre
tu riate de flores.
Aparta lejos los celos y el despecho
No anules flor alguna con tu perfume...
Deja florecer a tu alrededor a aquellos que son tuyos.
Incentívalos.
Ámalos.
Que tus manos no dejen sin pétalos sus sueños...
Las  manos del jardinero deben ser tan delicadas como las flores que acarician.





Ayer

 Esconde tus manos, como si fueran garras de  usura, Esconde tu alma  como si fuera lodo feroz Oculta tus ojos, que nadie lea la vergüenza e...