Nuestra historia es una y nuestra vida es otra cosa. La primera se ocupa de nuestros actos sociales, de lo reconocido, de los registros oficiales, y la segunda de la hora del desayuno, de las conversaciones con los amigos, de las caricias, de los amores, de la hora del café... Tal vez por ello nuestra historia y nuestra vida rara vez coinciden en punto y minuto, salvo en aquellos breves momentos en los que el don de la ubicuidad nos permite ser una y otra como los dos cuerpos de un alma....
Hoy me traigo a Angelina Gatel
domingo, 8 de marzo de 2020
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Ayer
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Nunca me pesó aquel vino que pagué y se quedó en la copa. En aquella ocasión, la verdad se reveló en el cristal más fino, en el que merecía...
Pero cuando coinciden es divino :))
ResponderEliminarBesos.