miércoles, 30 de mayo de 2012

Sniff, sniff



Últimamente he recibido tantos varapalos y malas noticias que me he tenido que poner una coraza para no derrumbarme y dejarme caer. Y como resultado de  ese esfuerzo extra un cansancio imposible se me agarra al cuerpo y no me permite continuar con la rutina y los quehaceres habituales.
Tanto me esfuerzo en dar la imagen de que estoy bien que las ojeras se han apoderado de mi y hay quien sospecha que estoy como estoy. Y hay quien si me apetece que me consuele y me anime, pero también hay quienes se preocupan tanto que acaban por sobrecargarme más y es lo último que necesito.
Cuando tengo ganas de llorar y me doy permiso para hacerlo suelen interrumpirme y el llantos interruptus se acumula y la presión es mayor.
De tal manera se ha rebelado mi  cuerpo  conmigo que desde esta mañana el llanto ha roto las compuertas de mi falsa fortaleza y no ha dejado de brotar.
Pero sabiendo que no me voy a dejar ver tan fácilmente, y más sabio que yo y se ha convertido en llanto nasal.
Quien me ve se asusta del color y el tamaño de mi nariz, se compadece de mi catarro y me deja tranquila, dicen que lo mejor es dejarme descansar. No he encontrado otro medio de llorar sin llamar la atención y que salga hacia afuera este desconsuelo que de seguir dentro acabaría por enfermarme de verdad.
Todos entendemos un catarro y yo puedo llorar a placer y limpiarme hasta la próxima ocasión que vuelva a estar "hasta las narices".

9 comentarios:

  1. Es un buen remedio. Chica, llorar relaja un montón. No sé cuánto hace que no me cojo yo una perreta de esas incontrolables, pero me sentaban de miedo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sienta bien llorar cuando lo necesitas, pero es que últimamente estoy muy llorona y me interrumpen mucho. Pero ya estoy mejor.

      Eliminar
  2. El cuerpo emocional es sabio y utiliza al físico ara soltar lastre o lágrimas o mocos.
    Ahora pues, debería preguntar la causa, pero eso lo dejo para mis adentros
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  3. Ahhhh, la imagen certera y preciosa

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Soltando lastre llevo desde ayer y me encuentro más ligera. Mi nariz no opina lo mismo y tengo boda el sabado, con lo cual tendré que hacer acopio de maquillaje para camuflar el tomate en que se ha convertido.
      Besos

      Eliminar
  4. Podría decir: aquí todo lo mismo que ahí... pero me voy a quedar con ese término que has acuñado y que me ha hecho reír: "llantus interruptus" jajajajajajaa. Ya me cuesta llorar, y para una vez que me pongo, ¡que no me interrumpan!

    Un beso.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No sabe nadie lo que incordia cuando está una llorando y te cortan el momento. Que así no se acaba de soltar la presión que provocaba el llanto y encima se suman unas malas pulgas la tercera vez que te interrumpen que pa que.

      Eliminar
  5. Pues es todo un lujo ese llanto. Lo malo de verdad viene cuando has perdido la capacidad de llorar. A mi me pasa con frecuencia y no hay truco que valga para que salgan las lágrimas.

    Que te mejores, Cereza, que vaya todo a mejor. Ya verás como sí.

    Un beso muy fuerte

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Anca, muchas gracias.
      Hace un ratito hablaba con una chica que lleva años sin poder llorar, y me contaba que sufre toda la angustia que ahoga desde el pecho pero no lo puede soltar. Visto desde ahí soy afortunada.
      Besos

      Eliminar

La madalena de Proust: una percepción evoca un recuerdo intensamente

 A veces, cuando el duelo termina, cuando se acepta la pérdida y la alquimia del tiempo transforma la ausencia en nostalgia,  el recuerdo s...