domingo, 19 de junio de 2022

Gata

 La noche susurra en tu oído

y trastabillas entre las plumas grises de una paloma furtiva.

 Te enreda un roneo de sirenas eternas

de la raiz a los nidos  mientras tiembla la luz en la calle.

Cuando las manos se acercan

te traban tan fuerte y con tanto infortunio

que la razón se cercena en  milimétricas láminas.

Las azucenas blancas caen como hojarasca seca a un barro espeso.

El dolor gime escaso de fuerzas,

el humo atraviesa los ojos de  parte a parte 

y arrebatada la lumbre de invierno,

a la vuelta de marzo, con la primavera las brasas escriben en trazos negros

su verdarero nombre en abril.

 Y  ya nunca más vuelves a creer 

en gatas de pajar hartas de pienso.

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