jueves, 7 de marzo de 2013
La florista
Georgia O’Keeffe vivió pintando, durante casi un siglo, y pintando murió.
Sus cuadros alzaron un jardín en la soledad del desierto.
Las flores de Georgia, clítoris, vulvas, vaginas, pezones, ombligos, eran los cálices de una misa de acción de gracias por la alegría de haber nacido mujer.
Los hijos de los días.Eduardo Galeano
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Ayer
Esconde tus manos, como si fueran garras de usura, Esconde tu alma como si fuera lodo feroz Oculta tus ojos, que nadie lea la vergüenza e...
-
Hay historias y recuerdos que guardamos en el alma que no sabemos que forma tienen ni que verdad late en ellas porque no las compartimos co...
-
La mariposa se estrella una y otra vez contra el cristal. Al otro lado, la luz y las azucenas florecen tan cerca y tan lejos a la vez. Ec...
-
Nunca me pesó aquel vino que pagué y se quedó en la copa. En aquella ocasión, la verdad se reveló en el cristal más fino, en el que merecía...
FELIZ DIA CERECILLA
ResponderEliminarBESOS
Impresionante Georgia...Un beso
ResponderEliminar