lunes, 10 de octubre de 2022

Duz 2

Aquello que la arrebató, aquel huracán de alegría para la emoción más pura no encontraba en su vocabulario otro palabra que el término, "duz".Y yo hubiera dado la mitad de mi helado de nata para que esa explosión de ternura también ocupara mi alma.No fue entonces, a pesar de los esfuerzos de mi mente en conseguirla, cuando me arrebatará la emoción, sino mucho tiempo después y bien a mi pesar, cuandoella ya no estaba para compartirlo.Lo llaman la Magdalena de Proust.Me recorrió el cuerpo un escalosfrío de dicha que no tenía aparente causa. En lo más hondo del alma una palabra generaba un vendabal de alegria tan grande que tuve que acogerme entre los brazos y la dulzura lo invadió todo como una relampago lento y profundo que me conmovió intensamente. El placer de vivir inunda la vida algunas veces. Basta un sonido, una palabra, un aroma para iniciar una revolución que se planeaba indecisa. Viene de afuera pero conmueve a dentro. Hay caminos insondables que se manifiestan espontaneamente, sin que nadie lo planee. La vida trabaja siempre, lo entendamos o no. Como la fuerza de la gravedad nos mantiene pegados al suelo, tanto si la creemos como si no. No somos la vida, solo los corpusculos pequeñitos de la luz que la conforma Y la alegria nos alcanza cuando nos descuidamos y le permitimos brotar sin intervención humana. Solo cuando el universo lo propone. Ser testigos de lo inmarcesible confiere a la existencia esa magia de ser, de formar parte de algo mayor que nosotros mismos, de sentirnos alguien en este universo que nos convoca y nos protege. Es como descubrir que dios existe y se ocupa de nosotros. No sentirnos tan solos en medio de la voragine luminica de la pantalla. Ser algo más que la mano y el cuerpo. Ser unos con la vida, ser aunque no tengamos y no sepamos porque.

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