El avance de la mujer tendrá el tamaño de la opresión que el hombre ejerció sobre ella durante muchos siglos. Ahora viene el segundo tiempo del juego. La responsabilida es de todos.
miércoles, 28 de febrero de 2018
Baldes de harina
Con ella aprendí que la literatura no es la vida; que el escritor no es su obra; que los golpes que más hieren no llevan marca de enemigo; que la caricía que no nutre intoxica; que el desinterés no es altruismo; que la indiferencia parece, pero no es serenidad y acoraza el corazón.
Yo la esperaba sentada en su embarcadero, viendo anclar naves que plegaban velas, barcos que se hacían al mar y marinería que trasegaba entre blancos y azules, mientras esperaba la marea alta.
La ilusión te embarga, te embarca y te emborracha de pasiones dirección a resacas vacías de alcohol.
"La vida acontece.
Hay que embarcarse. Acompasar el camino. Voltear para genera vida."
En realidad, las vueltas aturden, no hay acompasamiento posible entre caminantes de direcciones opuestas.
Los asparabanes que mueven el aíre no varían el viento, solo son extravagantes movimientos llenos de drama que no conducen a ningun punto.
No estaba preparada para molinos de tiempo.
En sus aspas inicié el remonte hasta el mediodía y desde allí me despeñe en dirección a los meses que pulvericé en la espera, mientras la rueda convertía en harina mi corazón.
martes, 20 de febrero de 2018
Qué será ser tú.
"Qué será ser tú.
Este es el enigma, la atracción sobrecogedora
de conocer, el irresistible afán de echar el ancla
en ti, de poseerte.
Qué será la perplejidad de ser tú.
Qué, el misterio, la dolencia de ser tú y saber.
Qué, el estupor de ser tú, verdaderamente tú y,
con tus ojos, verme.
Qué será percibir que yo te ame.
Que será, siendo tú, oírmelo decir.
Qué, entonces, sentir lo que sentirías tú."
Ana Rosetti
viernes, 16 de febrero de 2018
Pueblo vacío
El espacio que queda entre las casas blancas de mi pueblo
se mantiene colmado de todo como una oportunidad de algo
que no sirve para nada,
Nada posee tanto ese espacio tan vital y tan vacío
como la respiración de las gentes idas;
como los pesares soportados dignamente entre las cuatro
paredes encaladas de cada quien.
Tan espeso es el peso de los días que
se convierten en un muro solo atrevasado por fantasmas
donde, de vez en vez, crecen amapolas o nace un sol.
No hay lugar para nada que no sea lo conocido,
ese conocimiento que no es sabiduría ni verdad
más parecido a la rutina trabajada.
Se vacían los cosmos pequeñitos
magnetizados por los agujeros negros
de una ciudad herrada
que atropella lo artesano con la prisa.
Saturno devora propios y ajenos
no dejando nada que sirva de alimento
a sus árboles sin fruto.
Puede que la primavera se marche con un billete barato
al alquitrán, pero la esperanza se acercará caminando despacio
al volver la esquina de la mano del sol y las amapolas
para enjablegar de verde los caminos que llevan a la plaza,
al corazón de la aldea, al pueblo, a los paganos.
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se mantiene colmado de todo como una oportunidad de algo
que no sirve para nada,
Nada posee tanto ese espacio tan vital y tan vacío
como la respiración de las gentes idas;
como los pesares soportados dignamente entre las cuatro
paredes encaladas de cada quien.
Tan espeso es el peso de los días que
se convierten en un muro solo atrevasado por fantasmas
donde, de vez en vez, crecen amapolas o nace un sol.
No hay lugar para nada que no sea lo conocido,
ese conocimiento que no es sabiduría ni verdad
más parecido a la rutina trabajada.
Se vacían los cosmos pequeñitos
magnetizados por los agujeros negros
de una ciudad herrada
que atropella lo artesano con la prisa.
Saturno devora propios y ajenos
no dejando nada que sirva de alimento
a sus árboles sin fruto.
Puede que la primavera se marche con un billete barato
al alquitrán, pero la esperanza se acercará caminando despacio
al volver la esquina de la mano del sol y las amapolas
para enjablegar de verde los caminos que llevan a la plaza,
al corazón de la aldea, al pueblo, a los paganos.
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miércoles, 7 de febrero de 2018
No debí permitir
No debí permitir que pronunciaras mi nombre
con tu boca manchada de mermelada.
No debí consentir que acercarás tu mano
a mi bolsillo, porque allí no estaban tus canicas.
No debí hacerme invisible
como las mujeres del Ateneo.
No debí volver a subir
cuando me hiciste bajar de tus labios.
No debí asomarme a tu almacén
tan lleno solo de ti.
Cuando aún era tiempo
y distinguía bien de mal
no debí romper mis alas
para posarme en tus ramas ruidosas.
Murió tu amor el mismo día que yo nací.
Lo supe desde siempre.
No debí quedarme suspendida
entre tus ángulos muertos
llenos de puntos suspensivos...
No debí permitir que me ningunearas,
tú, que ni siquiera sabes tu nombre.
con tu boca manchada de mermelada.
No debí consentir que acercarás tu mano
a mi bolsillo, porque allí no estaban tus canicas.
No debí hacerme invisible
como las mujeres del Ateneo.
No debí volver a subir
cuando me hiciste bajar de tus labios.
No debí asomarme a tu almacén
tan lleno solo de ti.
Cuando aún era tiempo
y distinguía bien de mal
no debí romper mis alas
para posarme en tus ramas ruidosas.
Murió tu amor el mismo día que yo nací.
Lo supe desde siempre.
No debí quedarme suspendida
entre tus ángulos muertos
llenos de puntos suspensivos...
No debí permitir que me ningunearas,
tú, que ni siquiera sabes tu nombre.
lunes, 5 de febrero de 2018
Despedirse sin deudas
Despedirse de quien se ama siempre es un momento difícil y triste, pero hacerlo sin deudas le da a la despedida una paz que no alegra, pero no te deja infeliz.
sábado, 3 de febrero de 2018
Huecos
El desánimo abarrota los huecos
que la carencia taladró y
vuelvo al lodo (que no a tu lado)
donde los compañeros no puedan verme.
Horado la tierra en galerias
de cuerpo entero y
pierdo el tiempo,
reclamando espigas a la hoja verde
de las primeras esperanzas.
No hay retroceso
ni recomienzo
para el sol que nace,
para la nieve que cae
para el amor que se va.
Me siento cauce de un río que sigue
su sino sin detención,
por más que hoy solo soy a la vista los Ojos de
un Guadiana secos de la lluvia de invierno.
que la carencia taladró y
vuelvo al lodo (que no a tu lado)
donde los compañeros no puedan verme.
Horado la tierra en galerias
de cuerpo entero y
pierdo el tiempo,
reclamando espigas a la hoja verde
de las primeras esperanzas.
No hay retroceso
ni recomienzo
para el sol que nace,
para la nieve que cae
para el amor que se va.
Me siento cauce de un río que sigue
su sino sin detención,
por más que hoy solo soy a la vista los Ojos de
un Guadiana secos de la lluvia de invierno.
Siempre
La importancia se macera despacio
en la bodega del tiempo
y las respuestas no siempre se apropian
de las copas y las bocas
un minuto tarde para transformar la vida.
Hay viajes que acaban en punto y minuto.
En este laberinto de días punteados
donde las historias se repiten de hora en hora
con idéntica precisión,
hay un lugar habitado
en alguna parte,
esperando dar refugio y cobijo
al abrazo que nos acoge
con infinita paciencia y resguardo.
Siempre hay alguien.
En el lugar adecuado,
en el momento justo,
en nuestra estación de paso.
Siempre.
Importante recordar.
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