Poco a poco, el paso rápido de los días descortina el tiempo. Cada fin de línea nos deja el sabor amargo o sabroso de lo hallado o lo ido.
Desde hace algún tiempo el tiempo para mí viró de rumbo y no es ni tan extremo ni tan pueril. Va tomando cuerpo saliendo de lo etéreo de la ilusión en dirección a lo compacto de la realidad.
Nada está tan presente estos días como lo ido.
Nada busco mas que lo perdido o lo no hallado.
Todo vuelve menos la hora perdida.
Habrá que aprovechar el tiempo y recordar que la vida no se puede dejar para mañana.
La esperanza, tampoco.
Queda invitado a venir 2018
domingo, 31 de diciembre de 2017
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