miércoles, 11 de abril de 2018

Pueblo vacío

El espacio que queda entre las casas blancas de mi pueblo
se mantiene colmado de todo como una oportunidad de algo
que no sirviera para nada.

Y nada posee tanto ese espacio tan  vital y vacío
como la respiración de las gentes idas;
como los pesares soportados dignamente entre las cuatro
paredes encaladas de cada quien.

Tan espeso es el peso de los días que
se convierten en un muro solo atrevasado por fantasmas
donde, de vez en vez, crecen amapolas o nace un sol.

No hay lugar para nada que no sea lo conocido,
ese conocimiento que no es sabiduría ni verdad
más parecido a una rutina trabajada.

Se vacían los cosmos pequeñitos
magnetizados por los agujeros negros
de una ciudad herrada
que  atropella lo artesano con la prisa.

Saturno devora propios y ajenos
no dejando nada que  sirva de alimento
a sus árboles sin fruto.

La primavera se marcha veloz
con un billete barato
al alquitrán,
pero la esperanza se acerca caminando
despacio,
al volver de los días, arrastrada por la mano del sol
y las amapolas
para enjablegar de verde
los caminos que llevan a la plaza,
al corazón de la aldea,
al pueblo,
a los paganos.




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miércoles, 4 de abril de 2018

Imagina...

Ana siente que su vergüenza le ha venido bien, porque la gente que la rodea la quiere, la respeta y es muy querida.

-¿Por qué tendría que dejar de lado mi vergüenza si con ella me fue bien?

Ana,  si aún escondida fuiste querida y repetada, imagina que pasaría si no te escondieras...



lunes, 2 de abril de 2018

 "No es no y hay una sola manera de decirlo:
No.
Sin admiración, ni interrogantes, ni puntos suspensivos.
No se dice de una sola manera.
Es corto, rápido, monocorde, sobrio, escueto.
No.
Se dice una sola vez, no.
Con la misma entonación, no.
Como un disco rayado no.
Un no que necesita de una larga caminata o una reflexión en el jardín, no es no.
Un no que necesita explicaciones y justificaciones no es no.
No tiene la brevedad de un segundo.
Es un no, para el otro porque ya fue para uno mismo.
No es no, aquí y muy lejos de aquí.
No no deja puertas abiertas ni entrada con esperanzas, ni puede dejar de ser no, aunque el otro y el mundo se pongan patas para arriba.
No es el último acto de dignidad.
No es el fin de un libro, sin más capítulos ni segundas partes. No no se dice por carta, ni se dice con silencios, ni en voz baja, ni gritando, ni con la cabeza gacha, ni mirando hacia otro lado, ni con símbolos devueltos; ni con pena y menos aún con satisfacción.
No es no, porque no.
Cuando el no es no, se mira a los ojos y el no se descuelga naturalmente de los labios.
La voz del no no es trémula ni vacilante, ni agresiva, no deja duda alguna.
Ese no no es una negación del pasado, es una corrección del futuro.
Y sólo quien sabe decir no puede decir sí."

Hugo Filkenstein / Marian Benedit

Ayer

 Esconde tus manos, como si fueran garras de  usura, Esconde tu alma  como si fuera lodo feroz Oculta tus ojos, que nadie lea la vergüenza e...