La película cuenta en clave de drama familiar la historia de una prestigiosa abogada estadounidense (Lange) que decide encargarse de la defensa jurídica de su padre, un inmigrante de origen húngaro (Mueller-Stahl) cuando es sorprendido con una acusación por crímenes de guerra en su presunto pasado como oficial al servicio de la Alemania nazi durante el exterminio de los judíos húngaros de 1944.
sábado, 28 de febrero de 2015
La caja de música” (1989), de Constantin Costa-Gavras
La película cuenta en clave de drama familiar la historia de una prestigiosa abogada estadounidense (Lange) que decide encargarse de la defensa jurídica de su padre, un inmigrante de origen húngaro (Mueller-Stahl) cuando es sorprendido con una acusación por crímenes de guerra en su presunto pasado como oficial al servicio de la Alemania nazi durante el exterminio de los judíos húngaros de 1944.
domingo, 22 de febrero de 2015
"El francotirador" de Armando Macchia
"Todos los días, mientras esperaba el ómnibus, un niño me apuntaba desde
un balcón con el dedo, y gatillaba como un rito su arma imaginaria,
gritándome "¡bang, bang!". Un día, solo por seguirle el rutinario juego,
también yo le apunté con mi dedo, gritándole "¡bang, bang!". El niño
cayó a la calle como fulminado. Salí corriendo hacia él, y vi que
entreabría sus ojitos y me miraba aturdido. Desesperado le dije "pero yo
solo repetí lo mismo que tú me hacías a mi". Entonces me respondió
compungido: "sí señor, pero yo no tiraba a matar".
jueves, 12 de febrero de 2015
Haberl@s hayl@s
Hay seres humanos- los menos humanos de todos- que creen que nadie
hay que merezca la humanidad más que ellos mismos- los más carentes de
ella.
Hay un hombre que, por más poderoso sea o se considere, por más que monopolice las sedas en el armario de su casa de caudales, no podrá usar más de un traje por vez, aunque su codicia dejé desnudos a miles.
En un cuerpo solo cabe un traje.
Hay un hombre que es dueño de la necesidad de tantos, que solo puede comer un pedazo de pan de vez en vez, por más que en sus graneros rebosen las hambres de otros.
Hay un hombre que guarda con llave en su biblioteca las mejores plumas y dispone de todas las tintas para manipular a interés compuesto y que coloca la educación en el estante más alto para que nadie descubra lo que es leer.
Hay un ser que se pavonea de tener a un dios en su cartera de desvalores y para el cual el agua del pozo revierte sin ser capaz de ofrecer un vaso al sediento, por miedo a la sed. Una sed insaciable que convierte en desierto hasta el mar.
Hay muchos hombres y mujeres que quieren cambiar el mundo y llenarlo de ideas de cooperación y que apesar de ellas son incapaces de aunar esfuerzos y disposiciones en una sola mano o en un solo papel.
Hay un mundo que se une para no dar y un mundo que se dispersa para aunar. Hay un mundo que no se eleva porque no tiene la valentía de ser humilde ni por media hora.
Vivimos en una sociedad alta que se pavonea como si vistiera el mejor abrigo de pieles y calzara el más fino tacón mientras pasea en raída bata de guata y zapatillas rotas.
Sin embargo en algún lugar, existen hombres y mujeres que conocen el remedio para esa tan gran desolación. Que han visto nacer flores en el pareazo más destruido cuando el sol besa su tapia en primavera. Hay seres humanos desposeídos de mucho que conocen la sabiduría de todo y saben que se puede comer en muchas bocas, andar en muchos pies, abrazar en muchos cuerpos, aprender en muchas vidas... cuando tú y yo somos nosotros.
Hay un hombre que, por más poderoso sea o se considere, por más que monopolice las sedas en el armario de su casa de caudales, no podrá usar más de un traje por vez, aunque su codicia dejé desnudos a miles.
En un cuerpo solo cabe un traje.
Hay un hombre que es dueño de la necesidad de tantos, que solo puede comer un pedazo de pan de vez en vez, por más que en sus graneros rebosen las hambres de otros.
Hay un hombre que guarda con llave en su biblioteca las mejores plumas y dispone de todas las tintas para manipular a interés compuesto y que coloca la educación en el estante más alto para que nadie descubra lo que es leer.
Hay un ser que se pavonea de tener a un dios en su cartera de desvalores y para el cual el agua del pozo revierte sin ser capaz de ofrecer un vaso al sediento, por miedo a la sed. Una sed insaciable que convierte en desierto hasta el mar.
Hay muchos hombres y mujeres que quieren cambiar el mundo y llenarlo de ideas de cooperación y que apesar de ellas son incapaces de aunar esfuerzos y disposiciones en una sola mano o en un solo papel.
Hay un mundo que se une para no dar y un mundo que se dispersa para aunar. Hay un mundo que no se eleva porque no tiene la valentía de ser humilde ni por media hora.
Vivimos en una sociedad alta que se pavonea como si vistiera el mejor abrigo de pieles y calzara el más fino tacón mientras pasea en raída bata de guata y zapatillas rotas.
Sin embargo en algún lugar, existen hombres y mujeres que conocen el remedio para esa tan gran desolación. Que han visto nacer flores en el pareazo más destruido cuando el sol besa su tapia en primavera. Hay seres humanos desposeídos de mucho que conocen la sabiduría de todo y saben que se puede comer en muchas bocas, andar en muchos pies, abrazar en muchos cuerpos, aprender en muchas vidas... cuando tú y yo somos nosotros.
domingo, 8 de febrero de 2015
Cumpleversario
Pájaros de la misma calaña andan juntos sin que la palabra calaña se ofenda por ello, todo lo contrario, más de una vez se ennoblece. Y me permite sentirme muy afortunada de haber compartido vuelo y cielo con pajarillas tan nobles.
Ningún ocho de febrero pasará desapercibido para mí, porque ya también es un poco mío. Sé que no en todos será posible acompañaos en persona, pero no dejará de indicarme que los días comenzaron a alargarse hacia la primavera cuando os conocí y aún era invierno.
Feliz cumpleaños de una en una y feliz aniversario para las dos!!
Sigan ustedes jovenes y lozanas. ¡Que os quiero!
Ningún ocho de febrero pasará desapercibido para mí, porque ya también es un poco mío. Sé que no en todos será posible acompañaos en persona, pero no dejará de indicarme que los días comenzaron a alargarse hacia la primavera cuando os conocí y aún era invierno.
Feliz cumpleaños de una en una y feliz aniversario para las dos!!
Sigan ustedes jovenes y lozanas. ¡Que os quiero!
Pan bueno. Josefina
No es necesario conocer toda la retórica y la gramática para convencer, a veces, basta con expresar con franqueza y cariño un concepto para que llegue donde no alcanzan las mayusculas Y no es porque considere inútil la elocuencia ni la ortografía, todo lo contrario, sino porque entiendo que la fuerza de los conceptos late un poco más en el interior que en el ropaje. Y la pieza de ropa más hermosa del mundo no es nada sin un cuerpo cálido que la vivifique.
Josefina no escribió ningún poema, no todos aquellos que pasaron a toda prisa a su lado se empaparon de la calidad de su sonrisa, si alguien se detuvo a mirarla fue, más bien, por asombrarse de esa piel perfecta, tersa que invitaba a acariciarle la cara. La vida no le concedió tribunas ni oropeles pero ella ofreció siempre un espectáculo de grandeza y de cariño que de manera gratuita templaba el aire de la prisa y la frialdad.
No pasará a los anales de la historia como heroína, ni hablaran de ella los diarios del domingo, aunque deberían, porque esta sociedad sedienta de paz necesita más que nunca de esos pequeños ejemplos de vida serena. Josefina supo ser el tornillo pequeño que sujeta una pieza escondida sin la que no funcionaría jamás una maquina inmensa. Supo ajustarse a las circunstancias, a veces su ayuda no pudo pasar de la palabra de aliento, o de limpiar la cocina a una vecina querida o ayudar con el fardo pequeñito de un niña sin fuerzas, pero siempre estuvo bien dispuesta a colaborar.
Ella siempre decía que al trabajo hay que ir con alegría, porque el poco pan bueno que la vida da a los pobres no debe acedarse con ceniza. Y yo, hoy, trataré de no acedar su recuerdo con ella.
Josefina no escribió ningún poema, no todos aquellos que pasaron a toda prisa a su lado se empaparon de la calidad de su sonrisa, si alguien se detuvo a mirarla fue, más bien, por asombrarse de esa piel perfecta, tersa que invitaba a acariciarle la cara. La vida no le concedió tribunas ni oropeles pero ella ofreció siempre un espectáculo de grandeza y de cariño que de manera gratuita templaba el aire de la prisa y la frialdad.
No pasará a los anales de la historia como heroína, ni hablaran de ella los diarios del domingo, aunque deberían, porque esta sociedad sedienta de paz necesita más que nunca de esos pequeños ejemplos de vida serena. Josefina supo ser el tornillo pequeño que sujeta una pieza escondida sin la que no funcionaría jamás una maquina inmensa. Supo ajustarse a las circunstancias, a veces su ayuda no pudo pasar de la palabra de aliento, o de limpiar la cocina a una vecina querida o ayudar con el fardo pequeñito de un niña sin fuerzas, pero siempre estuvo bien dispuesta a colaborar.
Ella siempre decía que al trabajo hay que ir con alegría, porque el poco pan bueno que la vida da a los pobres no debe acedarse con ceniza. Y yo, hoy, trataré de no acedar su recuerdo con ella.
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