Me contaba una tarde que, a veces, cuando miraba a sus hijos pequeños se le llenaba el corazón de una ternura tan inmensa que necesitaba abrazar un cojín tan tan fuerte como intenso era aquel sentimiento que brotaba arrebatador . Era consciente de que no podia abrazarles porque los hubiera roto.
Hace unos días su hijo mayor moría entre sus brazos en su cama de un infarto con apenas diecisiete años.
Ha vuelto a escribir con aquella fuerza y con aquella poesía que abandonó por otras actividades más lucrativas. Y han vuelto a emocionarme sus letras porque mana el dolor en ellas.
Nadie puede aquilatar su ausencia solo quien haya perdido un hijo puede saber de él.
No existe ninguna palabra que defina su estado. Es tan antinatural que ni siquiera existe una palabra que lo exprese.
Cuando mueren tus padres, quedas huerfana. cuando muere tu pareja quedas viuda, pero cuando muere un hijo cómo quedas si es que quedas algo
Pasamos nuestra vida tratando de encontrarle un sentido y cuando alguien a quien amamos tanto pierde su cuerpo, sentimos que estaba en la punta de nuestra lengua y no podiamos verlo.
Vivir mientras que hay tiempo. Amar mientras que se es y entender que solo podemos arroparnos mientras estamos. Hay golpes que hieren y otros que despiertan.
Que no nos quemen los abrazos que no damos, ni las caricias que guardamos, ni los besos que no nos pertenecen porque nacen para regalarlos. Los que desembocan donde pertenecen nos sostienen, antes y despues.
miércoles, 11 de septiembre de 2013
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
La madalena de Proust: una percepción evoca un recuerdo intensamente
A veces, cuando el duelo termina, cuando se acepta la pérdida y la alquimia del tiempo transforma la ausencia en nostalgia, el recuerdo s...
-
Las mujeres han existido desde siempre, como las vasijas y el ajuar; un poco menos que los árboles y las gallinas y un poco más que las es...
-
Hay imagenes que se graban especialmente en la memoria y se graban tan bien que sorprende. El recuerdo de esta historia vista en 1989 esta...
-
"Sentí un estremecimiento en el estomago, quede trémula, me desoriente con las palabras, la respiración se torno jadeante, el corazón s...
Nadie debería pasar por ver morir a un hijo porque es algo que no se supera ni olvida en la vida.
ResponderEliminarUna abraçada
Decir que en este caso se queda des-madrada, me parece del todo irreverente...Porque nadie puede paliar ese dolor extremo excepto su propio amor. (ya sé, ya sé no es nada fácil)
ResponderEliminarPor eso no tiene nombre, porque no se abarca.
ResponderEliminarBesos.Lenteja
Olvidamos tan a menudo el valor real y la fragilidad de la vida... Necesitamos golpes (ajenos) de este tipo para poner las cosas en perspectiva y aprender a disfrutar de los buenos momentos...
ResponderEliminarImposible nombrar ese dolor.
Exactamente, eso es, el que no haya visto y entendido lo que nos dices en tu último párrafo no se ha enterado del sentido de la vida.
ResponderEliminarDe lo otro, de lo que se te muera un hijo... debe de ser el dolor más desgarrador y antinatural que un ser humano puede sentir. De ahí la importancia de "estar al día" también con los hijos en cuanto a abrazos, caricias y besos.
Y hablando de besos, uno se me acaba de escapar hacia ti, mua!
Eso debe ser terrible, inimaginable, puedes llegar a perder la fe en la vida, a sentir que todo a tu alrededor es un caos insoportable,no me lo puedo imaginar..
ResponderEliminarPues sí, realmente cuando nacen te dan vida y cuando mueren se la llevan....¡¡qué cruel es la vida a veces!!1
ResponderEliminardesde que nacemos aprendemos que la vida tiene un orden y a veces, cuando ese orden no se cumple sentimos un desgarro que nos rompe el alma. perder a un hijo es una tragedia que nunca parece que la gente asuma y es comprensible. sobre lo otro que dices , bien lo dice Pastora Soler en su canción La Mala Costumbre,
ResponderEliminar