miércoles, 24 de marzo de 2021


 Sé que el humo me roba el silencio,

que hemos atravesado la nieve sin abrazos,

que  marzo nos regatea en corto

y que no podremos respirarnos hasta el final del verano.

Sé que tus amaneceres están llenos de sal y aguamarinas

que bebes cerveza en las terrazas del mundo

y que recorres los mares  con pies de palo.

Sé que añoras la conversación tranquila

y el sueño profundo de la infancia ida,

 que escribes largo y ries sin prisa

que buscas la piedra en pajares de arena

y que todas las agujas del mundo desean 

encontrar tus manos y brillar contigo.

Sé que llegará el día en que te reconozcas

en unos ojos que no serán los míos para 

que vuelvas de nuevo a mirate en mí.

Sé que en alguna interseccion del ángulo oscuro

nos volveremos a abrazar sin repirar

y los pañuelos blancos de la chistera negra

serán parajes de luz azul en medio de la intriga.

Y mientras todo  llega y nos alcanza

la raiz del  árbol que abrazamos tantos días

ha comenzado, por fin, a sospechar

que tal vez el fruto final de la flor sea hoy la mariposa.

Nos veremos en los bares...

 Llegará.


jueves, 4 de marzo de 2021

EE21

 A las brasas vivas de esta historia no le faltará el aliento.

Él era más elegante que su ropa. Estalló en pedazos el cristal de la ventana del salón cuando sus pies descalzos atravesaron el mosaico gris.  El cierzo de enero y la lluvia de abril lo cercaron todo como un paréntesis. Se acercó a la estufa de leña y sus  manos resplanecieron junto a la llama naranja de un fuego azul. Colocó la chaqueta raida, cuidadosamente,  sobre la silla. No había camisa que cubriera tanta cicatriz pero sonrió y desde la ventana el calor de la calle enfrió la habitación. Era azul, su mirada era el mar desde la que ella se lanzó a las rocas. No hay marea que arrastre una botella que contiene una  historia de amor encallado. Las rocas devolvieron a  sus manos lo que de ella recibieron, su vida y él la estampó de nuevo contra el mosaico gris. Estalló y sus cristales se confundieron con los vidrios mojados de la ventana.

Ayer

 Esconde tus manos, como si fueran garras de  usura, Esconde tu alma  como si fuera lodo feroz Oculta tus ojos, que nadie lea la vergüenza e...