Junto al
mar, de un peñasco brotaba
fuente
humilde que en él destilaba
gota a
gota, su limpio caudal;
y le dijo
la mar espumosa:
¿Quién te
manda arrojar, lacrimosa,
en mi seno
tu pobre caudal?
-
Vasto mar,
contestóle la fuente,
sin alardes
y en mansa corriente,
de mis
perlas yo te hago merced,
porque
falta en tus olas bravías
lo que
sobra en las lágrimas mías:
una gota
que apague la sed.
LUIS ROMERO ESPINOSA
Qué bonito :)
ResponderEliminarPrecioso!
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