Ese ayuntar palabras
que nada más une
que versos de fogueo.
Poeta de dos rayas y
olor a lapicero.
Esquirla de hierro
en busca de imán
que lo libere del oxígeno
que herrumbra.
Campos de fuerza anémicos
desvaidos, desteñidos,
sin norte,
desnorteados.
No hay quien contenga
estas lágrimas de verso,
estos segundos en busca de hora.
este tiempo muerto fuera de tiempo.
El final, sobre todo, me encanta!!
ResponderEliminarUn beso
Gracias, Carmela. :)
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