domingo, 24 de noviembre de 2024

Ya no pesan más

 Ya no pesan nada, aparcados en la celda estéril de un orfanato

huérfanos de esperanza y futuro se deslizan fugaces y leves como una pluma

Ya no hacen ruido, el calendario no tiene mas días en rojo que el atardecer

y el azul del cielo misturado con la luz matutina no traslada la esperanza de ayer a mañana.

Ya no le pesan a nadie, ya no producen nada pero mueven la bolsa mientras la vida se 

acorta de tarde en tarde enfrentados al ventanal de una  calle que levantaron 

con sus manos y hoy le ofrece un paso que no pasearan.

No le pesan a nadie, ligeros de equipaje se desvanecen de a poquito como la soberbia de la juventud perdida en el éter de una eternidad paciente que los trascenderá sin moneda sin barquero ni barca.

Templos vaciados

Ya solo las palomas visitan la iglesia,

vuelan a lo alto y ocupan el tejado,

la linterna y la cúpula de medio punto.

Dentro del templo caen copos de nieve

que  bendicen las cabezas que rulan

despacio y rezan sin prisa.

Dentro del templo la música se expande

y eriza de la piel al corazón

Dentro del templo dos mil años

de esperanza y misericordia

se extinguen de a poquito 

como los fieles de un dios que 

los reclama a su reino sin principio ni fin

Dentro del templo las risas de los niños 

limpian el aire de los tiempos muertos

e iluminan la faz de una mujer que reza en silencio

entre las soledades del tiempo que pasa y el tiempo que llega.

Ya no pesan más

 Ya no pesan nada, aparcados en la celda estéril de un orfanato huérfanos de esperanza y futuro se deslizan fugaces y leves como una pluma Y...