¿Se autorregula la vida?. ¿No estaré perdiendo el tiempo tratando de controlar aquello que no es controlable?
La naturaleza es resiliencia pura, confianza en el tiempo, amor sin condiciones.
Tiras piedras a un árbol y destrozas los frutos, el próximo año seguirá ofreciéndolos para ti. No regateará contigo, no los esconderá o te mentira sobre ellos, no guardará rencor por tu faena antigua. Sencillamente los ofrecerá cada temporada, según su condición, en su estación y en su especie.
Lo que haces con él habla de quien eres tu, no de quien es él.
Brotarán sus flores, serán fecundadas y sus frutos crecerán al amparo de su savia. Hasta ahí su misión.
No envidiará la cosecha de otros árboles u otros vegetales, no querrá ser olmo si es roble, ni cerezo si es castaño, no buscará tener unas ramas más fuertes que otros, no cambiará su tronco rugoso o liso, no deseará ser otra cosa que aquello que es.
No se conocerá por sus ramas, ni por sus hojas más o menos brillantes, ni por la vetustez de su tronco o por la lejanía de sus raíces, tampoco por sus flores o por los pajarillos que vivan en él.
Solo se le reconocerá por sus frutos, no necesita nada más. Vive su vocación sin problemas. Ofrece lo que es y no espera tener que tener o aparentar.
Si en lugar de poner un uniforme a cada ser que nace, presionando para que no se desvie de las normas y las reglas creadas para tener bajo control cada paso que se da, se le pudiera dar la bienvenida y preguntar que viene a traer, que nuevo espacio se a creado y necesita de él, dejando que aflore su verdadera esencia sería más fácil ser uno mismo en cualquier parte. Y no hay mayor felicidad que esa.
lunes, 25 de abril de 2011
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Ay... qué bonito. Esto de dar la bienvenida a cada nuevo ser y preguntarle qué viene a traer me ha encantado. Ahí sí que ya habría paz en el mundo.
ResponderEliminar*ami,sería tan lindo vivir, educando para la felicidad de cada ser y no tratando de "enderezar" lo distinto, lo diverso, lo especial.
ResponderEliminarBesitos
Me ha encantado tu reflexión, Cereza. Ojalá todos tuviésemos la humanidad y la bondad de dar la bienvenida a cada nuevo ser. Un abrazo.
ResponderEliminarHola;
ResponderEliminarMe parece preciosa esta reflexión. Se parece un poco a la visión de cómo me gustaría fuera nuestra llegada al mundo, sin cuestionamientos, sin etiquetas, casi, sin nombres.
Sigo conociendo tu blog, por cierto, me gusta mucho!
SimpleDay, ¿no te habia dicho lo bien que me caes? pues si, me pareces muy maja y que tienes muy buen gusto, si señora.
ResponderEliminarBesitos guapa