Esconde tus manos,
como si fueran garras de usura,
Encierra tu alma
como si fuera lodo feroz
Oculta tus ojos,
que nadie lea tu vergüenza en ellos.
Anula tu corazón
como si estuviera muerto.
Deslavaza tu sangre
para que nadie se enoje por tu potencia
para que no tiña el paño.
Amortigua tu latido,
obliga el latir tu corazón para que chirríe como un cachivache roto
que nadie ausculte su pulso pleno
para que no lo hieran
para que no lo maten
para que no golpeen más.
Llora a solas con la desesperación
de la ausencia,
haz el duelo por la alegría,
muérete cada día un poco.
Mátate, para que no te maten
Ciégate, para que no te cieguen
Desdibújate, para que no te borren
No te quieras,
no te ames,
no te respetes...
para que nadie te quiera tan poco como te quieres tú.