- Venga, Diego, anímate. Vamos a ir a un lugar donde todo es paz y armonia, equilibrio, serenidad, goce, contemplación...
Diegui levanta una ceja y lo mira con ojos divertidos.
- Vamos a la pastelería, no?
-Tú me lees el pensamiento, verdad? Pues claro, donde ibamos a ir si no...